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viernes, 12 de febrero de 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 3

Capítulo 3. La Proposición


Diez años después, no existía ningún país que no se arrodillara ante él. Naturalmente, lo mismo ocurría con el reino de Navitan. En todo caso, ¿Por qué?

"¿Por qué demonios el Emperador Estian enviaría una carta proponiendo matrimonio a un país tan pequeño como este...?" 

Cecile no podía comprender el asunto. El continente estaba repleto de países donde podía encontrar una esposa. Entonces, ¿Por qué había elegido este reino entre todos los demás?

"¿¡Un país pequeño!? Nuestro país Navitan definitivamente es..."

"Sí, de acuerdo. Entonces, ¿¡Por qué envió la carta!?" 

"Bueno esto es lo que quiero decir..." El rey se acobardó y tartamudeó ante el grito de Cecile.

El rey le mostró a Cecile la carta de propuesta de matrimonio que llevaba el escudo del emperador. Cecile la tomó en sus manos y comenzó a leerla. Y momentos después, estalló de incredulidad.

"No pensaba en algo como el matrimonio, pero ¿Tengo que casarme por culpa de la gente que no hace nada bueno? ¿Y eligió este país para enviar la carta por sorteo? Además, ¿Qué es esto? ¿Qué le envíen una princesa sana que pueda concebir puesto que él necesita un sucesor? ¿Qué cree que soy? ¿Una bestia reproductora?"

"¡Insolente! Es una carta del Emperador. ¡Cuida tu boca!"

"¿Crees que tengo la mente para eso en este momento?" 

Cecile arrojó la carta al suelo. El rey de Navitan se apresuró a recogerla y se la entregó cuidadosamente al chambelán principal.

"En cualquier caso, como están las cosas, debes irte. Me siento aliviado al escuchar tu voz tan llena de energía y vigor. Toma. ¿Qué están haciendo todos ustedes? ¡Prepárense para la partida de la princesa!"

"¡Desde cuándo me tratas como una princesa!" 

"¡Desde hoy!" 

Los asistentes agarraron a Cecile y la apartaron ante las palabras del rey. A la salida, sus hermanos y hermanas, a los que veía por primera vez, la despidieron con la mano.

"Te quiero, Cecile. No te olvidaremos nunca."

"¡Me acordaré de ti, Cecile!" 

"¡Ha sido un placer conocerte y no nos volvamos a ver nunca más!" 

"¡Cuidaré bien de tu cadáver!" 

'¿Qué? Dejando todo de un lado, ¿Deberían decirle esas cosas a su hermanastra que están conociendo por primera vez? ¿Por qué no me maldicen en su lugar?'

Los príncipes y princesas, cuyos ojos verdes y cabello platino eran prácticamente idénticos a los de Cecile, se despidieron mientras la arrastraban. Por supuesto, Cecile levantó el dedo medio hacia ellos.

***

'Eso fue hace un mes'. 

Pronto, Cecile fue llevada al Imperio. Luego, en una mansión cercana al palacio imperial, tuvo que estudiar la etiqueta y la historia del imperio durante un mes. Sus estudios incluían lo que le gustaba y lo que no le gustaba al emperador, incluso hasta asuntos relacionados con el dormitorio. Todos sus tutores sintieron empatía con ella.

"Rezo para que sobrevivas."

"......"

Finalmente llegó el día de la boda y sus tutores la despidieron, secándose los ojos con pañuelos mientras ella subía a un carruaje. Parecía que en lugar de 'despedir a la novia antes de su boda', estaban despidiendo a un ataúd antes de su funeral.

'¡Todavía no estoy muerta! Aunque lo estaré pronto'.

Había escuchado muchas historias sobre el Emperador Estian durante su estancia en la mansión. La mayoría eran sobre la frecuencia con la que mataba a la gente. Y también escuchó que la gente del Imperio tenía mucha curiosidad por saber cuántos días pasarían antes de que Cecile, la futura esposa del Emperador, muriera.

Mientras Cecile estaba sumida en sus pensamientos, el carruaje se detuvo. Los asistentes imperiales abrieron la puerta del carruaje, dejando al descubierto la vista de innumerables soldados alineados junto a una alfombra roja mientras pétalos bailaban en el aire. Cecile respiró profundamente.

Pensar que tenía que morir con tanta extravagancia.

Estaba hirviendo de rabia. Había vivido tranquilamente encerrada en su villa real y se había preparado para que la vendieran. 

'¿Pero no es demasiado enviarme para que muera de esta manera?' Sintió que se renovaba su furia hacia el reino de Navitan. 'Piensas vivir una vida cómoda después de matarme de esta manera'. 

Si de todos modos moriría, no lo haría tranquilamente. Al menos, sería divertido encargarse de bastantes personas para evitar el aburrimiento en el camino al infierno. 

'Ya que no pudimos estar juntos en vida, reunámonos en la muerte, padre. Y ustedes también, queridos hermanastros'.

"¿Princesa Cecile?" 

Cecile no bajaba del carruaje, lo que hizo que un asistente imperial la llamara.

"Su Majestad está esperando. Debe darse prisa..."

Las comisuras de la boca de Cecile se curvaron. 'Bueno, entonces, si de todos modos voy a morir, haré que se desate un infierno antes de que me vaya'. 

Entonces, con firme determinación, Cecile abrió los labios para hablar. "No. "

"¿Perdón?" 

"He dicho que no quiero. "

"¿Qué...?" 

Cecile sonrió alegremente al desconcertado asistente. "No voy a dar ni un solo paso a menos que Su Majestad Imperial venga a recogerme personalmente."

Y así comenzó su camino hacia la locura.