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domingo, 7 de febrero de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 265

Capítulo 265. La Actitud Posesiva Comienza A Aparecer En Silencio (2)



Se requería un contrato oficial para convertirse en concubina del emperador.

En principio, sólo el emperador es quien podía redactar este contrato de concubina por su propia voluntad, pero como se trataba de un asunto delicado, el caso de Christa había sido remetido al Consejo de Estado.

Inesperadamente, Heinley aceptó con demasiada facilidad la propuesta de llevar el caso de Christa al Consejo de Estado.

¿Será porque estaba preparado? 

De todos modos, yo asistí a la reunión, otros nobles y funcionarios también asistieron.

Incluso Christa. Christa iba vestida impecablemente de negro, como si estuviera en un funeral.

Heinley tenía una expresión hosca a mi lado, pero cuando comenzó la reunión, se volvió tan calmado que no se podía leer su expresión.

Los funcionarios manifestaron diferentes posturas,

La postura de que Christa debía convertirse en su concubina llegado a este punto, la postura de que este asunto era ridículo, la postura de que incluso si era cierto que algo pasó entre Christa y Heinley, no podía hacerse un contrato de concubina, entre otras...

Sin embargo, como muchas personas vieron a Christa y a Heinley juntos en la recepción de boda, la mayoría pareció creer en las palabras de Christa.

Aunque era extraño que el Duque Zemensia, que era quien más debía pronunciarse, permaneciera en silencio, todo se desarrolló de forma similar a lo que esperaba.

Heinley actuó durante toda la reunión como si no le importara.

Verlo así me dolió, pero decidí no reconfortar a Heinley delante de los presentes.

Este asunto aún no se había resuelto, si lo presentes me vieran reconfortar a Heinley, no pensarían que había mucha confianza entre nosotros, sino que estaba tratando de provocar a Christa.

Heinley actuó como si no le importara porque se lo había pedido de antemano. Además, podía darme cuenta que realmente 'actuaba como si no le importara' en vez de que 'no le importara', porque no dejaba de revolverse el cabello y mirarme a los ojos.

En cualquier caso, esperé a que la atmósfera alcanzara su clímax, como una bestia agazapada.

Cuando todo estén exaltados es el mejor momento para definitivamente darle la vuelta a la situación. Consideré que ese momento sería cuando las críticas contra Heinley alcanzaran su punto más alto.

Hace unos días, dos de las damas de compañía de Christa enviaron un mensajero para informar que testificarían.

Cuando diera la señal, las dos saldrían y le harían saber a todos que Christa no paso con Heinley la noche en cuestión .

"El anterior rey le pidió directamente a Su Majestad el emperador que protegiera a Christa. Incluso fue su última voluntad en su lecho de muerte. ¡Pero Su Majestad el Emperador irrespeto a su cuñada justo después de casarse!"

"¡¿Qué estás tratando de decir?! Cuida tus palabras, Marqués Ketron!"

"Entonces, ¿debería decir que fue un honor?"

Cuando estaba a punto de dar la señal, se escuchó una lengua extranjera difícil de entender,

Era la lengua de Rwibt. 

Ante la repentina lengua extranjera, los funcionarios que discutían fuertemente se callaron al mismo tiempo.

Giraron sus cabezas hacia el lugar de donde provenía la voz.

Mientras los presentes lo miraban en silencio, el Gran Duque Kapmen caminó lentamente hasta situarse en el centro.

Lo miré desconcertada.

Aunque utilicé la lista que me dio para contactar a las damas de compañía de Christa, no le pedí que me ayudara en esto.

Fue inesperado que el Gran Duque apareciera ahora.

Pero lo sorprendente comenzó aquí.

"Intentó no inmiscuirme en los asuntos de otros países en la medida de lo posible, pero como este también es mi asunto, debo intervenir."

"¿También es asunto del Gran Duque? ¿De qué estás hablando?"

En este punto me puse nerviosa por un momento.

¿Está pensando en revelar toda la verdad?

Pero en la situación actual, esta verdad era aún peor. 

Al hablar sobre la 'poción de amor' estimularía la imaginación de los presentes.

Inconscientemente, también esperé con nerviosismo sus palabras.

"Su Majestad el Emperador estuvo conmigo esa noche."

"¡!"

No obstante, las palabras del Gran Duque Kapmen fueron precisas. Sólo se aprovechó de lo sucedido.

"¿En serio? Gran Duque Kapmen, ¿no está mintiendo para quedar bien con el Emperador?"

Preguntó fríamente el Marqués Ketron, pero el Gran Duque Kapmen realmente mintió con total tranquilidad.

"Estoy seguro que muchas personas me vieron salir del salón de fiestas junto a Su Majestad ese día. No sé si Su Majestad se encontró con Christa mientras fui a otro sitio por un momento, pero—"

El Gran Duque Kapmen hizo una pausa aquí, luego miró a Christa antes de continuar,

''Después de eso, volví a reunirme con Su Majestad para hablar del acuerdo comercial."

Tras leer la mente de Christa, parecía haber determinado con certeza que Christa y Heinley se separaron después de eso.

El hecho de que el Gran Duque Kapmen salió del salón de fiestas con Heinley fue algo que los testigos ya habían contado en reiteradas oportunidades. Incluso quienes estaban del lado de Christa reconocían esta parte.

Por supuesto, eso no cambiaba su opinión sobre lo que paso después entre Heinley y Christa.

Sin embargo, el propio Gran Duque Kapmen se presentó y afirmó que había estado con Heinley todo el tiempo.

El rostro de Christa se oscureció mientras observaba la situación sin decir una palabra.

Ella tampoco sabía adónde había ido Heinley después de su encuentro, así que también parecía preguntarse si esto era cierto.

Cielos. Ahora que lo pienso, el Gran Duque Kapmen se había encontrado con Rashta.

Si la primera persona que vio luego de beber la poción de amor fue Rashta, entonces el Gran Duque Kapmen no se había encontrado con nadie más antes.

El paradero del Gran Duque Kapmen era desconocido, así que se aprovechó de eso.

Rashta, que sabía que el Gran Duque Kapmen no estuvo con Heinley todo el tiempo, no estaba aquí.

En cualquier caso, salió bien. 

Rápidamente, guiñé un ojo a las dos damas de compañía de Christa que estaban esperando para que dieran un paso al frente.

Las dos damas de compañía caminaron rápidamente hacia el centro. Pero no fueron sólo ellas dos. Tres damas de compañía más las seguían.

No puede ser. ¿Cambiaron de opinión?

Como el número aumentó más de lo esperado, me sentí incómoda.

Aunque las cinco eran las damas de compañía a las que llamé para testificar... aún existía la posibilidad de que eligieran a Christa en el último momento.

En ese instante, apreté el puño con nerviosismo.

"Christa volvió temprano ese día."

Las damas de compañía que aparecieron dijeron las palabras que estaba esperando.

¡Bien! Grité suavemente en mi interior.

"No tenía buen aspecto cuando volvió a su habitación. No parecía alguien que hubiera disfrutado de un encuentro en secreto."

"Se quedó en la habitación unas dos horas antes de volver a salir."

"Pero después de volver a entrar, se quedó en la habitación."

¡Incluso las otras tres damas de compañía! Todas se apresuraron a hablar de los acontecimientos de ese día.

McKenna sonrió y asestó el golpe final al Marqués Ketron.

"Mientras Christa estaba afuera, Su Majestad estaba reunido con sus secretarios. Como explique anteriormente."

"..."

El Marqués Ketron miró inmediatamente a Heinley con la cara retorcida, pero la expresión de Heinley era ambigua y difícil de leer.

Heinley estuvo así durante toda la reunión, en lugar de defenderse.
 
Cuando la sala de reuniones quedó en silencio, toda la atención se dirigió naturalmente a Christa.

Christa estaba pálida, pero seguía manteniendo la cabeza en alto con orgullo.

***

Al día siguiente.

Cuando estaba en la oficina, uno de mis ayudante se acercó y me dio la noticia que Christa se había ido a Compshire.

Asentí inexpresivamente y seguí con lo que estaba haciendo.

Sentí que mi ayudante me miraba con extrañeza, pero deliberadamente mantuve mi rostro inexpresivo.

Sin embargo, en mi interior suspiré aliviada una y otra vez.

La apuesta de Christa por este escándalo acabó forzándola a marcharse, pero si las cosas hubieran salido como ella planeaba, mi Heinley habría cargado con el estigma de haber seducido a su cuñada.

Sólo de pensarlo se me ponía la piel de gallina.

Cuando terminé de trabajar y llegó la hora de la cena. Tan pronto como me encontré con Heinley, lo abracé por el cuello con fuerza.

"¿Reina?"

"... Eres mío."

"¿Eh?"

Puse mi cabeza sobre su hombro y percibí su aroma. Era tan familiar y acogedor que calmó un poco los latidos de mi corazón.

"Reina, ¿ya no estás enojada?"

Aprovechando la ocasión, el pájaro sin tacto preguntó con una sonrisa para saber si ahora todo estaba bien. En lugar de responder, lo besé.