Reciente

miércoles, 6 de enero de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 249

PATROCIONADORES DE LA NOVELA

Gracias a quienes han contribuido y apoyado nuestro trabajo.
Es una motivación saber que valoran y aprecian el esfuerzo de traer novelas al español.

Samantha Santiago
Aura Contador


¡Ovación de pie de toda la comunidad!

Capítulo 249. Acudir Al Mismo Tiempo (2)



Joanson daba vueltas preocupado alrededor de su habitación.

Luego en la sala de estar, en el pequeño salón, en el dormitorio de su hermana, en la cocina, en el comedor, en el baño, en el jardín y de vuelta en la sala de estar... Su cuerpo se movía de un lado a otro, incapaz de quedarse quieto por un momento.

Era lo único que podía hacer.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que supo de su hermana, que periódicamente le enviaba cartas.

Aunque su hermana vivía en el palacio imperial, no estaba muy lejos.

Su hermana vivía lo suficientemente cerca como para ponerse en contacto en unas pocas horas como mucho, a través de un mensajero.

'Entonces, ¿por qué no he sabido nada de ella?'

Era la primera vez que no tenía noticias de su hermana desde que entró en el palacio imperial como sirvienta.

'Es preocupante. Maldición, ¿realmente está bien?'

En un principio, pensó que su hermana había ido a la boda de los Emperadores del Imperio Occidental.

Porque su hermana le había dicho que la nueva emperatriz, Rashta, sólo tenía dos sirvientas, incluyéndose a sí misma.

En ese entonces, Joanson la admiró, "¡Es verdaderamente sencilla!" ese recuerdo seguía vivo en su memoria.

No iría sola a un país lejano, así que debe haberse llevado a todas sus sirvientas en su viaje. 

Joanson pensó de esta manera y calmó un poco su ansiedad.

Sin embargo, unos días después de la llegada de la emperatriz y el emperador, aún no tenía noticias de su hermana.

Sólo rumores de una segunda concubina del emperador.

En este punto, Joanson comenzó a preocuparse seriamente por el paradero de su hermana.

Finalmente, Joanson decidió ir al palacio imperial para averiguar el paradero de su hermana.

Como había venido al palacio en varias oportunidades como periodista, el guardia reconoció la cara de Joanson y lo dejó entrar inmediatamente.

Joanson pasó por un proceso complicado para poder hablar con el funcionario de asuntos internos del palacio.

"No he sabido nada de mi hermana, Delise, desde hace un mes. Ah, mi hermana trabaja aquí."

"¿Tu hermana?"

"Sí, es una sirvienta de la Emperatriz."

"¿Estás seguro de que no has sabido nada de ella en un mes?"

"Es... Es aproximado, no exactamente un mes. Tal vez un poco más o un poco menos..."

El funcionario de asuntos internos del palacio chasqueó su lengua como si fuera una molestia y dijo casualmente.

"Si era una sirvienta de cara bonita, probablemente se escapó con algún caballero que se enamoró de ella."

Joanson apretó su puño con fuerza mientras aguantaba las ganas de gritar, '¡¿cómo te atreves a hablar así de mi hermana?!'

Después de todo, no estaba en posición de hacer un escándalo. 

"Aún así, puedes comprobarlo."

Cuando Joanson le entregó unas monedas de plata, el funcionario preguntó confiadamente,

"Sí, ¿a dónde pertenece tu hermana?"

Era una pregunta que ya había aclarado. El funcionario ni siquiera había prestado atención a las palabras de Joanson anteriormente.

Joanson estaba furioso, pero respondió rápidamente antes de que él pudiera cambiar de opinión.

"En el Palacio del Oeste, donde reside Su Majestad la Emperatriz."

Joanson dijo exactamente lo que había escuchado de su hermana.

El funcionario de asuntos internos del palacio asintió gustosamente y miró la lista de empleados en sus manos.

Sin embargo, la respuesta que recibió fue totalmente inesperada.

"Dijiste que el nombre de tu hermana era Delise, ¿cierto? Esa chica parece haber dejado el trabajo."

Joanson objetó aún más confundido,

"¡¿Cómo puede ser eso?! ¡Mira bien!"

El funcionario respondió hoscamente.

"No lo sé, pero tu hermana ya no está aquí."

Joanson, que se retiró sin mucho éxito, decidió dirigirse directamente al palacio de la emperatriz.

Sólo tenía dos sirvientas en su círculo más cercano, pero muchos cortesanos debían ayudarla con todo tipo de tareas. Alguien debía conocer el paradero de su hermana.

Pero de nuevo, no pudo encontrar a su hermana.

'Algo está pasando.'

Preocupado, Joanson comenzó a dar vueltas nuevamente alrededor de su habitación.

'Estoy seguro de que algo está pasando... ¿qué debo hacer?'

El último lugar en el que su hermana estuvo fue en el palacio, así que necesitaba buscar allí. 

Aunque pudiera acceder, no podía registrar casualmente el palacio del oeste, el palacio de la emperatriz.

'Necesito encontrar una manera. Una manera.'

Después de devanarse los sesos, a Joanson se le ocurrió una idea brillante.

La Emperatriz Rashta.

Podía preguntarle personalmente a la emperatriz que amaba a los plebeyos.

Eso sería mucho más fácil que intentar registrar el palacio del oeste.

Tan pronto como se decidió, Joanson solicitó una audiencia.

"¿Cuánto tiempo tendré que esperar?"

"Hay una larga lista de espera. Tendrás que esperar al menos una semana."

Después de eso, intentó buscar a alguien que aceptara cambiar su turno de la audiencia.

Todos llevaban esperando mucho tiempo para exponer su caso ante los emperadores, así que nadie querría cambiar su turno por uno casi de último.

Pero Joanson fue persistente y perseverante, consiguiendo cambiar sus posición en la lista de espera con otra persona más adelantada.

Ahora sólo necesitaba esperar dos días.

... Y el día en que le tocó ir a la sala de audiencias, que se encontraba en el palacio central, Joanson fue vestido elegantemente..

En la sala de audiencias se encontraban al fondo los tronos del emperador y de la emperatriz uno al lado del otro, con una larga alfombra colocada delante de los mismos.

Las personas estaban ordenadas en fila en la alfombra, esperando su turno para adelantarse y exponer su caso.

Joanson se puso en la fila rápidamente para esperar su turno.

No tenía ni idea de dónde y ni cómo se encontraba su hermana, se sentía cada vez más impaciente.

Sin embargo, la fila no se movió tan rápido como esperaba. Después de un tiempo, incluso comenzaron a dolerle las piernas.

"Ahn, ¿no eres un buen chico? Shh... así es, sé un buen chico, mi bebé."

Aún así, Joanson, que estaba esperando solo, se encontraba en una mejor posición.

De hecho, había muchas personas que habían traído a sus bebés, justo como el hombre que iba delante suyo en la fila.

Además, el bebé no paraba de agitar sus brazos y piernas mientras hacía sonidos difíciles de entender.

Cada vez que comenzaba a hacer un berrinche, el hombre decía, "Ahn, ¿no eres un buen chico? Ahn, ¿qué ocurre contigo?" Se veía ocupado tranquilizándolo.

'Si le quitara ese gorro el bebé lloraría menos.'

Joanson chasqueó la lengua al ver a un bebé con un gorro tan molesto. Sin embargo, optó por no dar ningún consejo al desconocido.

Mientras tanto, la fila se fue reduciendo poco a poco, hasta que finalmente le tocó el turno al padre que cargaba al bebé.

"Adelántese y salude a los emperadores."

Cuando el secretario del emperador lo anunció, el padre con el bebé en sus brazos se adelantó y saludó cortésmente al Emperador Sovieshu y a la Emperatriz Rashta.

En ese momento.

Joanson notó que la expresión de la emperatriz se volvió sumamente rígida.

No sabía por qué. Pero la expresión de la emperatriz era tan aterradora como el filo de una espada.

'¿Qué ocurre?'

Mientras se preguntaba esto, el padre que cargaba al bebé en sus brazos le pidió a la emperatriz con voz desesperada.

"Emperatriz, este bebé nunca ha estado en los brazos de su madre. Su Majestad es como la madre de todos los ciudadanos del Imperio Oriental, así que por favor tome al bebé en sus brazos y bendígalo como lo haría una madre."

Pero la Emperatriz no movió ni un solo músculo.

Murmullos comenzaron a extenderse.