Capítulo 140. La Única Opción
No podía creerlo. ¿Realmente Kyle tenía que alejarse ahora? Noah se dio una palmada en la frente con la mano y una risa amarga salió de su boca.
Penélope añadió con cuidado, mirando su expresión angustiada, "Hemos cerrado el laboratorio del segundo piso por un tiempo debido a la orden del Capitán de no informar sobre lo que la rama de Lendia está investigando. Y no creo que sea buena idea que entres y salgas tranquilamente de la Oficina."
"Supongo que tienes razón. Pero, ¿Por qué se ha extendido ese escándalo en primer lugar? No hemos hecho nada sospechoso". Preguntó Noah con brusquedad, frunciendo el ceño levemente. '¿Acaso he abrazado a ese tipo, lo he besado, o incluso he ido por la calle agarrando su mano?'
Sin embargo, Penélope evadió su pregunta disimuladamente e incluso cambió de tema. "Bueno, el capitán me dijo que te entreguara los materiales del Instituto de Investigación Lendia, si venías. Toma."
Le entregó rápidamente a Noah un paquete pesado con archivos, un par de grabadoras y decenas de llaves, como si temiera que Noah preguntara más. "Ha dejado un mensaje. No hagas nada peligroso, nunca hagas molestar a Adrian Rossinell. Si le pasa algo a la capital, baja..."
"¿Dónde?"
"No me explicó eso."
'¿Bajar? ¿Adónde?' Noah miró con nerviosismo las decenas de carpetas y grabadoras. No sólo estaba preocupada por la degradación de Kyle, si no también porque pudieran despedirle en un futuro cercano.
Penélope susurró apresuradamente: "Entonces me voy. Puedes salir sola después de que me haya ido..."
"Espera un momento". Noah la agarró por el hombro, girando el cuerpo de Penélope para mirarle la cara. Ya no podía evitar que Kyle se hubiera ido. Tenía que probar la especulación que se le había ocurrido.
"El culpable de Yulem, que fue capturado en el barco Angelical, sigue en la prisión subterránea, ¿No?"
"¿Qué? Ah, sí. El interrogatorio aún no ha terminado..."
Eso bstaba. Sin más preámbulos, Noah empujó a la desconcertada Penélope hacia la puerta.
"Muéstramelo, ahora. Ahora mismo."
***
La puerta de hierro oxidado se desbloqueó con un sonido metálico. En cuanto se abrió un poco la puerta, un olor intenso le provocó a Noah un débil dolor de cabeza. Justo antes de que la entrada se abriera del todo, Penélope advirtió con una mirada irónica. "Como sabes, no será una buena vista."
"Está bien, ábrela". Respondió Noah, pero en cuanto la abrió completamente, sintió que le flaqueaban las rodillas. Su agarre sobre Muell también se tensó.
"Por supuesto, eres la dama Asil, estás acostumbrada, pero..." Penélope murmuró.
No, ella esperaba que se viera de esta dorma. Noah se quedó sin palabras mientras miraba al hombre arrodillado en medio de la prisión. Ahora podía entender por qué Kyle se negaba a mostrárselo.
El hombre tenía las manos esposadas, que estaban fuertemente unidas al techo con cadenas negras. Tenía una venda alrededor de la cabeza y su cabello de color blanco, estaba de color marrón, debido a las manchas de sangre.
No sólo su cabeza estaba herida, sino que sus brazos expuestos por el levantamiento y su cuerpo visto a través de sus ropas desgarradas, estaban cubiertos de heridas por todas partes. El interrogatorio debió haber continuado hasta hoy.
Se decía que en la sala de interrogatorios estaban prohibidos todos los dispositivos de tortura y las armas, pero si una persona resultaba sospechosa de un crimen atroz, probablemente recibiría una buena paliza. Y estaba claro que no había recibido mucha compasión.
El hombre sintió la presencia de alguien entrando en el lugar, por lo que abrió sus ojos hinchados. Cuando vio a Noah, pareció murmurar algo, pero tenía una mordaza en la boca, así que podían saber de qué hablaba.
"Hmm..."
Noah ignoró la débil voz del hombre y le preguntó a Penélope. "Este tipo, ¿Se sometió a una operación de extracción de chip?"
"Sí."
"¿Ha dicho algo sobre su empleador?"
"No. Hemos intentado todo los métodos posibles para hacerlo hablar, pero no hemos obtenido nada."
Si había permanecido callado a pesar de su terrible situación, sólo podía haber una razón. El castigo que recibiría si revelara todo lo que sabía, sería inmensamente mayor que el que se le impondría por no confesar.
Pero todo ello suponiendo que este hombre fuera realmente 'humano'.
Noah agarró la barbilla del hombre sin demora y aflojó la venda que rodeaba su cabeza con la otra mano. Penélope dijo desconcertada, "Yo... Dama Asil, estoy segura de que el sitio de la cirugía aún no ha sanado..."
En este momento, Noah tuvo la suerte de mantener la compostura, al menos pudo evitar vomitar encima del hombre.
Había una cicatriz roja en la parte trasera de su oreja, donde Yulem colocaba los chips de autodestrucción. Noah rozó con indiferencia la herida con sus manos y le pidió a Muell que iluminara la zona.