Capítulo 120. Pequeño Buscapleitos
"...Déjame preguntarte una cosa." El trato se estableció, pero Noah aún tenía sus dudas. Entonces, señaló la restricción que estaba sujeta a su cuello, y preguntó. "¿Realmente tengo que llevar esto alrededor de mi cuello?"
Estaba hecho de un material pesado, así que le resultaba incomodo. Pero sobre todo, Noah sentía un gran vergüenza al llevarlo porque era como tener un collar de perro en el cuello.
Adrian respondió, riéndose suavemente. "No, no necesariamente. Podrías tenerlo en una de tus muñecas, o en alguno de tus tobillos."
"¿Pero por qué me lo pusiste en el cuello...?"
"Porque me gusta de esa manera." Adrian dijo juguetonamente. Sus orbes verdes, mirando su cuello, se oscurecieron por un momento. Luego haló la cadena atada al grillete, causando que Noah tosiera. Adrian casi babeó.
"Y... bastante práctico también."
"......"
"No creo que sea una mala idea. ¿Qué es lo que piensas?"
"Cállate, pervertido". Frustrada y molesta, Noah pateó a Adrian en la espinilla.
***
A Kyle no le agradaba mucho el grillete en su cuello. Después del caótico juicio, se dirigieron a la casa de Eleonora, y Kyle sólo le miró el cuello todo el tiempo mientras estaban en el vehículo.
Sin embargo, Noah estaba preocupada por otro asunto, olvidando la vergüenza de su grillete que parecía un collar de perro. El pequeño sentado en su regazo, la mirada con sus grandes ojos redondos. Cuando Muell intentó abrazarla, Noah se negó fríamente, mirando hacia otro lado. Viendo las lágrimas rebosando en los ojos de Muell hizo que Noah se sintiera culpable.
"Noah, ¿Estás enfadada...?"
Silencio.
"Lo siento..."
Noah pensaba que las disculpas del niño no implicaban que realmente entendiera sus errores. Sabía que había llegado el momento de hacer un cambio en los métodos de enseñanza. No importaba cuánto le dijera, 'No hagas esto', 'No hagas aquello', seguía siendo inútil.
Miró a Kyle, que estaba sentado a su lado, mirando alternativamente sus muñecas y su cuello.
'...Oh, tengo una buena idea'.
"¿Puedo pedirte un favor?"
"¿Qué es?" preguntó Kyle, que aún no había apartado los ojos de los grilletes.
"Se trata de Mu. No creo que mis métodos de enseñanza funcionen. Quiero que me ayudes."
"¿Cómo?"
"Me gustaría que diera una vuelta por la Oficina de Seguridad de Investigación."
"¿Eh?" Kyle preguntó, finalmente levantando la cabeza, y miró a Noah.
"Pienso que no puede entender porque mis instrucciones son sólo palabras. Si necesita aprender las reglas y leyes entre los humanos, mejor que las vea con sus propios ojos. La Oficina de Seguridad de Investigación está llena de criminales... Y tú eres un hombre de principios. ¿No podría Mu mirar y escuchar más estando de tu lado?"
"Tienes razón."
Noah había preparado una excusa poco convincente para que no rechazara su petición. Pero, sorprendentemente, Kyle aceptó sin mucha persuasión.
Ella miró fijamente a Kyle, que había vuelto a fijar su mirada en su cuello. Tuvo la intuición de que había respondido sin prestarle atención.
Kyle añadió inmediatamente al darse cuenta: "Creo que será lo mejor. Mu estuvo haciendo algunas cosas muy malas en la Ciudad Imperial durante unos días y estaba pensando en encontrar una solución."
"¿Qué hizo?"
"Destruyó la oficina de Su Majestad, subió a la torre más alta de la Ciudad Imperial y también la destruyó."
"......" En el regazo de Noah, Muell inclinó la cabeza avergonzado. Luego, habló en voz baja. "A pesar de que estaba rodeado de todo tipo de cosas, sólo quería buscarte, así que salí a preguntar..."
Finalmente, Noah miró al niño y le apretó sus gordas mejillas. "Tú, buscapleitos. Has causado un montón de incidentes. Si eres bueno, te dejaré volver a tu cuerpo principal."
"Lo siento..."
"No, no te voy a escuchar más. Rompiste nuestra promesa y te metiste en problemas, por lo que tendrás que seguir a Kyle una vez a la semana..."
"Por favor, no olvide mencionar mi título, Señorita Noah."
"...Sigue al Señor Investigador, observa los castigos que recibirás por infligir las leyes humanas, y escribe una carta de disculpa, ¿De acuerdo?"
Kyle tocó la cabeza de Muell, y el niño hizo un puchero con su boca. Noah siguió apretando sus mejillas, diciendo: "No sirve de nada que hagas un gesto tan adorable. Tú y yo, tendremos un entrenamiento especial a partir de hoy. ¿Entiendes?"
"¡Si!"
Suspirando, Noah jugó con las mejillas de Muell. Poco después, el vehículo que los llevaba entró en el centro del Distrito Azet.
A lo lejos, apareció la mansión de Eleonora.