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miércoles, 20 de enero de 2021

I Raised A Black Dragon - Capítulo 119

Capítulo 119. Trato


"¿Cuántas horas de trabajo voluntario? ¿200.000 horas? ¿Quieres que viva toda mi vida haciendo trabajo no remunerado?"

"¿Eso es importante?" Adrian sonrió cariñosamente, dándole suave palmadas en el cuello. El cuerpo de Noah se estremeció, pero no se asustó.

"Oye, ¿Crees que no puedo romper uno de estos?" Ante un dragón, sería como un simple brazalete. Subiendo hasta su cuello, Muell abrió la boca y dos colmillos afilados aparecieron.

Tan pronto como Muell estuvo a punto de clavar sus afilados dientes en el grillete, Adrian susurró al oído de Noah. "Pensaste en matarme, ¿Verdad?"

Noah lo miró avergonzado y se encogió de hombros. 

"No sabes cómo manejar la maná del dragón, ¿Pensaste que todo se acabaría con el marcado?"

"...Explícate bien." Noah murmuró.

"¿Realmente es sólo maná lo que los dragones y sus amos comparten? Si pensaste eso, eres muy ingenua."

Noah se quedó en silencio.

"Sólo porque tu dragón se vea tan lindo, no deberías pensar que es humano. Dímelo. Impulso asesino, ¿Cuántas veces lo has sentido hasta ahora?" Preguntó Adrian.

Hasta ahora, habían sido dos veces.  Cuando Noah se encontró con Lenia en el subterráneo y hace un momento, cuando Adrian inesperadamente testificó en su juicio. Pronto, Noah se dio cuenta y se horrorizó. No importaba cuán molesta fuera una persona, no era normal sentir el impulso de matarla de verdad.

Ella estaba siendo demasiado complaciente, considerando que simplemente no debía pensar en ello. Noah ni siquiera se dio cuenta de que estaba tan equivocada. 

Cuando se mordió los labios, Adrian señaló con los ojos al niño que colgaba de su brazo. "¿Y cuántas veces ha sentido ese dragón dicho impulso hasta ahora? Ah...  No puedo decir que sea un impulso. Puede que no sienta ninguna culpa."

Escalofríos corrieron por la columna de Noah. Ella tragó, bajando su mirada hacia Muell. Sus orbes de color rojo oscuro la miraban con una pizca de inquietud, como si entendiera sus emociones. Noah miraba al niño a los ojos, tratando de encontrar algo de inhumanidad.

"No puedes controlar tu magia, no puedes mantener tu propia razón. ¿Sabes que estás en una situación muy mala?" Adrian habló sarcásticamente

Ahora, Noah lo entendía. No sabía que lo que más miedo le daba se manifestaría de esa manera, pero...

Adrian tocó el grillete de su cuello, susurrando. "Esta restricción te protegerá del dragón. Por supuesto, es un objeto hecho por el hombre, como dijiste, así que el dragón puede romperlo si lo decide. Por lo tanto, depende de ti. Pero no creo que quieras romperlo y abandonar tu humanidad."

Noah no podía discutir con Adrian sabiendo que tenía razón. Como permaneció en silencio, Adrian la presionó ligeramente. "De todos modos, te debo enseñar a controlar el maná del dragón. Prometí reunirme contigo regularmente."

"......"

"Aprende magia de mí.  Paso a paso desde lo más básico. Si consideras que has mejorado lo suficiente para no ser tragada por el poder del dragón, te dejaré ir."

Noah no dijo nada, pero ambos sabían la respuesta. Adrian sonrió suavemente y se le acarició la cabeza. "Sí, crees que es un buen trato, ¿Verdad?"

"...¿Por qué me ofreces esto?" Preguntó Noah, dudando de sus intenciones.

"Bueno, quizás porque te quiero y no quiero que estés en peligro."

"No tolero las tonterías."

Adrian apretó los labios ante su frío comentario. Noah lo miró con desprecio, pensando profundamente. El hombre que tenía enfrente lo sospechaba desde el principio. Supo que Muell era un dragón a simple vista y se acercó a ella deliberadamente. 

Además, se sospechaba de la relación entre Yulem y el Ministerio de la Magia.

Sin embargo, tal vez no era una oportunidad tan terrible. Noah ordenó sus pensamientos, mirando la mano extendida de Adrian. ¿No sería un buen plan obtener lo que necesitaba y al mismo tiempo, sacar las raíces de este hombre?

Noah miró hacia atrás a Kyle, que seguía observándolos con el dedo cuidadosamente colocado en el gatillo de su revólver, y luego asintió lentamente. "Bien. Dos veces a la semana."

"Entonces, el trato está establecido". Adrian le tomó la mano y la estrechó un par de veces.