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lunes, 18 de enero de 2021

I Raised A Black Dragon - Capítulo 117

Capítulo 117. Disturbio


"...Continúa." Cuando el juez dio el permiso, sus orbes verdes se fijaron exactamente en Noah. "Durante unos cinco días, del 2 al 7 de mayo, he estado cerca de Eleonora Asil, observándola", confesó Adrian. 

"¿Qué? Oye, ¿Cuándo has...?" Noah se detuvo. 'Sí, lo hizo. Tomamos el mismo tren de Lunazel a Battuanu...' Mientras ella se quedaba sin palabras, las palabras fluyeron de los labios de Adrian. 

"Cuando la magia incomparable del dragón se fusiona con la magia única y poderosa de Eleonora Asil, en una dirección negativa, parece inconmensurable. Ni siquiera la propia acusada sabe cómo manejar el maná del dragón."

Noah lo miró con incredulidad mientras Adrian sólo se encogió de hombros.

"Creo que ha tenido problemas con sus poderes mágicos en los últimos dos años. Así que intentó robar el huevo del dragón y compensarlo, pero no funcionó como esperaba. Oh, como ahora."

Noah levantó los brazos sobresaltada, y se reveló una grieta en la superficie donde estaban descansando sus manos hasta hace unos momentos. Además, mientras miraba a la multitud que estaba arriba, el candelabro comenzó a balancearse peligrosamente. Jadeos y murmullos se escucharon por toda la corte.

Aterrorizada, Noah intentó pacificarse. 'No pienses en nada. No rompas nada, no te metas en problemas... Relájate. Cálmate'. Luchó por vaciar su mente inquieta, recordando su hermosa y perezosa vida en Sorrent. 

Pero sus esfuerzos se hicieron añicos en un instante cuando Muell, que sintió sus emociones, comenzó a agitarse. 

"¡......!"

La barandilla a la que se había aferrado se convirtió en fino polvo y desapareció. El Emperador detrás del niño quedó conmocionado, agrandando los ojos. Mientras los guardias se apresuraban a cubrir al Emperador, Muell saltó inmediatamente.

¡Gwooaa! Un increíble rugido resonó por toda la corte, causando vibraciones que sacudieron tanto las paredes como los pisos.  

Un reportero, que había estado sentado en medio de la corte, entró en pánico y huyó con una máquina de escribir. La conmoción estaba escrita en la cara de Kyle. Sin embargo, Adrian estaba tan tranquilo como un lago inmóvil. 

"¡Mu!" Sin pensarlo más, Noah corrió hacia el centro de la corte. Levantó a Muell en sus brazos, y al mismo tiempo, Adrian también comenzó a moverse.

"¡Silencio, silencio!" El grito del juez principal quedó sepultado por los gritos del público que intentaba escapar. Cuando Kyle estaba a punto de acercarse a ella, Noah le frunció el ceño en señal de desaprobación. Luego, se giró hacia Adrian. "Acosador, ¿Qué demonios es esto? ¿Vas a meterme en la cárcel?"

"De ninguna manera."

El maná de Muell comenzó a circular en el aire de forma amenazadora. Mirando la expresión relajada de Adrian, Noah se estremeció en su interior. Hace unos días, una molestia similar se despertó en ella cuando se encontró con Lenia en la prisión subterránea de la Oficina de Seguridad de Investigación.

"¿Quieres que lo mate?" Muell, que rodeaba con sus brazos el cuello de Noah, le susurró al oído. De hecho, se trataba de una opción dulce y tentadora. Adrian se acercó a ella, todavía con una sonrisa en los labios. Entonces, presionó su frente con su dedo. "Estoy a punto de alimentar al dragón."

"¿Qué...?"

Sus palabras la congelaron momentáneamente. Aprovechando su aturdimiento, Adrian tiró algo bajo sus pies. Al momento siguiente, se formó una barrera intangible que los rodeaba, y empujó a Noah hacia atrás, hacia el suelo. Noah se había separado de Muell.

"¡Ah...!" 

Adrian agarró los hombros de Noah y la obligó a mantenerse en el suelo. Noah se quejó, apretando los dientes. "¿Qué es esto? ¿Qué has hecho?"

"Una solución temporal. Y lo que voy a hacer ahora es..." Adrian presionó su rodilla contra su hombro para detener la protesta de Noah. Luego, sonó un chasquido cuando puso algo en el cuello de Noah. Los hilos negros que se originaron por el maná de Muell, no podían llegar a la ubicación Adrian por la barrera.

Adrian susurró, "Por casualidad, ¿Has escuchado hablar de los Grilletes Obelith?"

"¡Bastardo!"

"También lo inventaste tú, Eleonora."

El frío metal tocaba su cuello. Noah reconoció instantáneamente la sensación. "¿Qué me has puesto en el cuello?" 

"No te preocupes. No es algo que te haga daño." Adrian se puso de pie, sonriéndole una vez más.