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viernes, 8 de enero de 2021

Bajo El Roble- Capítulo 62

Capítulo 62. Ayuda no oficial (2) 


Al oír que Max quería cancelar la mayoría de las órdenes, Aderon se preocupó e intentó persuadirla con labia[1]. Casi se lo creyó, pero recordando a Ruth y cómo la trató como a una mujer extravagante, Max pudo mantenerse firme. Al darse cuenta de que no había nada que pudiera hacer, Aderon suspiró y entregó una nueva declaración escrita. 

Max intentó estimar cuánto valía el precio que Aderon escribió en su cabeza. Imaginando las monedas de oro y plata que Ruth le mostró así fue que pudo comprender que el precio que estaba pagando nunca era una pequeña cantidad de dinero. Firmó devotamente el papel y salió de la habitación. 

Cuando le dijo que las cosas habían ido bien, Ruth relajó un poco las cejas. 

"¿Puede mostrarme la declaración?” 

Ella se la entregó. 

"Bueno, este hombre no es completamente inescrupuloso" dijo finalmente el mago después de leer el papel de arriba a abajo. 

"P-puede t-tratar de f-forzarte a c-comprar, pero n-no es una m-mala persona". 

"Nadie es malo delante de su víctima de sacrificio". Escupió un frío comentario que contrastaba con su gentil pensamiento y sacó una silla delante de él para sentarse. 

Max también se sentó sobre él y puso los ojos en blanco. Ella ya lo sabía, pero este hombre era extremadamente malhumorado y le gustaba hacer comentarios mordaces, lo que hacía un contraste con su cara suave y amable. Su forma torcida de ver las cosas era algo similar a la de Riftan, aparte de su lado hablador y entrometido. 

"Le echaré un vistazo. Intenta escribirlo en el libro de cuentas." 

"E-está bien". 

No preguntó cómo se había convertido en su supervisor y se limitó a seguir lo que él le indicaba. 

"Aquí, el cálculo está equivocado otra vez". 

"Oh, l-lo s-siento mucho". 

Él miró sus números y golpeó la esquina del papel de pergamino de nuevo, masajeando en medio de sus cejas. Ella corrigió rápidamente su error. Luego señaló la sección de abajo. 

"Aquí, la unidad está equivocada." 

"Y-yo". 

"Ayudará tener sus declaraciones escritas en detalle. De esa manera, puede evitar cualquier confusión cuando cuente las cuentas en el futuro". 

"E-está bien". 

"Aquí, tienes un error ortográfico. Este será un documento que quedará para las siguientes generaciones, así que por favor absténgase de cometer errores". 

El tutor que su padre le había asignado no había sido tan estricto. Tampoco era paciente. Escribió las cartas con claridad, temiendo que él las señalara de nuevo. Cuando terminó, 

Ruth revisó el libro de cuentas como si estuviera haciendo sus deberes. 

"Esto es suficiente" dijo arrogantemente mientras cerraba el libro de cuentas. Su cara se veía cómoda y relajada. 

"Con esto, todos los problemas se han resuelto. Ahora, te agradecería que dejaras de venir a la biblioteca e interrumpir mi sueño". 

Max puso los ojos en blanco. 

‘¿Pensaba seguir durmiendo aquí? Riftan dijo claramente que este hombre estaba usando la torre del patio trasero... No, no es algo en lo que pueda interferir’. Después de pensar un rato, abrió lentamente los labios. 

"D-decidimos a-arreglar el j-jardín en la próxima p-primavera". 

“…” 

Ruth arrugó horriblemente su rostro. Max sacó la desvergüenza que ella no sabía que tenía y le suplicó. Las horas que pasó tratando de resolver cosas que nunca antes había hecho sola pasaron ante sus ojos. No quería volver a tirarse del pelo, incapaz de distinguir cara o cruz. Como ya estaba avergonzada, pensó que no habría más daño si pedía más ayuda. 

"Y-y el m-mantenimiento del anexo". 

“…” 

Ruth se agarró la cabeza con pesar. 

💜💜💜

Después de ese día, Ruth se convirtió oficialmente en la ayudante de Max en la organización del libro de contabilidad. Cuando ella se acercó silenciosamente a él durmiendo en el suelo de la biblioteca, él se despertó murmurando de cómo se arrepiente de haberla ayudado en primer lugar, pero sin embargo revisó el libro a fondo. Además, la aconsejó sobre las compras para el castillo. Fue más un fastidio que un consejo, pero fueron palabras valiosas. Desde entonces, Max empezó a pedir consejo incluso en pequeñas cosas. 

"Creo que es mejor que no les órdenes a los sirvientes que saquen el árbol que está junto al cenador" dijo Ruth después de escuchar en voz baja su plan de redecorar el jardín. Inclinó la cabeza hacia un lado. 

"E-está muerto y-y ya n-no le b-brotan ho-hojas". 

"La gente de Anatol cree que los espíritus yacen en los árboles. Por esa razón, la gente aquí no arranca los árboles simplemente porque están muertos y consideran la tala como un trabajo sagrado. Los sirvientes se sorprenderán de su orden de quitar el árbol solo porque se ve mal”. 

"P-pero..." Max estaba confundida. Nunca había sabido de tal costumbre en Croix. 

"S-si les d-decimos q-que se usará para el f-fuego, ¿entonces s-será a-aceptable? Q-quiero decir, es ho-horrible..." 

"Puede que lo acepten". Frunció el ceño y se tocó la barbilla. 

"Pero me preocupa que el árbol junto al cenador sea un roble". 

"¿Qué hay de los r-robles?" 

"La gente de aquí cree profundamente en la leyenda del primer caballero que montó un dragón y voló al cielo. La colina donde Uigru saltó sobre el dragón es la colina de allí".

Nota: Labia[1]
En México usamos la palabra labia para describir a alguien que tiene una gran habilidad de persuadir y convencer a las demás personas con unas cuantas palabras. Comenten si en su país también usan esta palabra o hay alguna palabra equivalente en sus países, me interesaría mucho saberlo. 😀