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sábado, 26 de diciembre de 2020

No Quiero Ser Amada - Capítulo 185

Capítulo 185. Súplica de Basil


Mirando la expresión de perplejidad de Basil, la Señora Cessley se tocó el pecho en la frustración.

"Su Majestad la Reina intenta trasladar su residencia al palacio donde reside la Reina Madre. ¡Esta vez ha dicho que nunca volverá!"

"¿Qué quiere decir...? ¿Por qué Su Majestad de repente...?"

"No hay tiempo que perder. Su Majestad el Rey no puede hacer nada al respecto. Es inútil a partir de este momento. El problema es que no puedo estar en el palacio donde reside la Reina Madre. Estoy segura de que sabe la razón, Gran Chambelán."

"¡Claro! Es porque la Reina Madre te dispararía una flecha directamente en el momento en que te escuche decir una palabra o incluso te v..."

Sólo entonces Basil se dio cuenta.

Todo esto había sucedido por lo que le había comentado a Rihannan. Parecía que había algo más profundo y que no había sido por vergüenza que Igor le escondió el incidente como un secreto.

Fue más que eso.

"...Parece que cometí un gran y lamentable error."

Basil inmediatamente comenzó a correr.

***

Cuando llegó al palacio principal, vio a Rihannan saliendo de la edificación, hacia el carruaje preparado para salir.

"¡Mi Reina!"

Basil apenas pudo llegar a ella a tiempo. Estaba respirando agitadamente y con dificultad.

Rihannan ni siquiera lo saludó apropiadamente. Sus ojos azules lo miraban con un frío destello.

"Su Majestad, no puede irse de esta manera", suplicó Basil.

"Basil, apártate."

"Por favor, al menos considere cambiar de opinión. Se lo ruego." 

"Si no te apartas ahora mismo, haré que te corten el cuello."

La Señora Cessley, que llegó en el furor del momento, se asombró ante sus palabras. Aunque sabía que Rihannan no quería decir esas palabras.

Basil miró a Rihannan perplejo.

Basil tenía antecedentes de campesino y por eso mucha de la gente del palacio se mantenía distanciada de él, pero la reina siempre había respetado y tenido en cuenta sus opiniones. Era la primera vez que se comportaba de esta manera con él.

"¿Crees que no me atreveré? ¡¿Quién te crees que eres?!"

Basil tomó una decisión firme en su mente e inmediatamente se postró en el suelo.

"...Entonces adelante y córteme el cuello, Su Majestad."

"¡Basil!"

"Ya he dicho esto antes, ¿No es así, Su Majestad? Está bien que me quite la vida."

Con sus palabras melancólicas, Rihannan se enfureció.

"Sí, es cierto. Dijiste que si mentías, entonces tengo el derecho de acabar con tu vida. Muy bien. Entonces ejerceré ese derecho."

¡Swing!

Rihannan sacó la espada del guardaespaldas que estaba a su lado.

"¡Su Majestad!"

Las sirvientas dijeron sorprendidas mientras corrían hacia Rihannan parar intentar detenerla, pero la Señora Cessley las bloqueó rápidamente antes de que pudieran hacer un movimiento.

"Manténgase firme. No enojen más a Su Majestad. Manténgase atrás."

Al escuchar el suave susurro de la Señora Cessley, las sirvientas del palacio se alejaron de Rihannan.

La Señora Cessley analizó la tensa situación con ansiedad. Sabía que Rihannan nunca mataría a Basil, pero a pesar de eso, la estaba poniendo muy nerviosa.

La Señora Cessley rezó una y otra vez para que no ocurriera lo peor.

La espada llegó al cuello de Basil. La espada resultaría pesada para una persona inexperta, pero Rihannan la sostuvo con firmeza sin ningún rastro de temblor.

"Esta es tu última oportunidad. Hazte a un lado, Basil."

"No puedo hacer eso, Su Majestad."

"¡¿Me está subestimando como reina porque eres el sirviente del rey?!"

"¡Para nada, Su Majestad! ¡Eso no es cierto!"

Basil la miró. Se comenzaron a formar lágrimas en sus profundos ojos verdes.

"Nunca he pensado de esa manera de usted, Su Majestad. El rey y la reina son igualmente preciados para mí. Esa es la verdad..."