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jueves, 17 de diciembre de 2020

No Quiero Ser Amada - Capítulo 165

Capítulo 165. Para Robar el Corazón del Rey


Poco después de escuchar las palabras de Leticia, el conde frunció el ceño. Tenía una mirada de consideración y reflexión.

"¿Se necesita la conferencia para llevarlo a cabo?", dijo, con firmeza.

Leticia levantó su barbilla y lo miró, parpadeando los ojos. Sus labios, manchados con fluidos, se veían inmensamente malvados y astutos mientras sonreía.

"¿He dejado de satisfacerte? ¿Aunque sea una vez?"

Una breve sonrisa apareció en sus labios. Ella le había servido bien todo este tiempo.

"...Pronto crearé una oportunidad para ti."

Finalmente, le dio una respuesta concreta, una que la dejó contenta.  Leticia sonrió alegremente, frotando su cara en su pierna.

"Sólo espera. Definitivamente robaré el corazón del rey por ti."

Después de haber regresado de los terrenos de caza, con el odio llenándole el corazón, Leticia le propuso inmediatamente un plan al conde, que siempre tenía miedo del rey.

El rey de Arundell podía encargarse del conde cuando lo deseara. A pesar de eso, el conde codiciaba con ansiedad el trono del rey. Con tenía la esperanza de poder robarlo, una pequeña oportunidad apareció y Leticia se aprovechó de ella.

"Te ayudaré convirtiéndome en la amante del rey", dijo Leticia, lamiéndose los labios

Al escuchar sus palabras, el conde puso una mirada de preocupación genuina. Estaba consciente de las capacidades de Leticia y sabía lo que ella sería capaz de hacer una vez que se acercara al rey. 

¿Estaba Leticia segura de sí misma?

Por supuesto que lo estaba.

Cuando se presentara la oportunidad de conocer al rey, planeaba atraerlo con sus encantos, haciéndolo caer en una trampa. El rey caería como cualquier otro hombre que deseara su apariencia y su cuerpo.

Como Leticia sólo era su amante, el conde podría dejarla hacer lo que quisiera.

"Haz lo mejor que puedas", dijo el Conde Clovis.

Leticia asintió, sonriendo.

***

Después de esa noche, Rihannan no se había molestado en reunirse con Igor, ni siquiera una vez. Por otra parte, aunque estaba al otro lado de la puerta, sentado trabajando, Igor nunca había puesto un pie en su habitación.

Rihannan desempeñó bien su papel, haciendo todo lo posible para asegurarse de que todo estuviera bien a la vista.

'Esto es algo bueno', pensó.

Era mejor vivir juntos apáticamente que resultar heridos.

Se había repetido estas palabras mil veces, pero en el fondo, sabía que su corazón decía lo contrario, que se sentía sola y amargada.

También, su relación con la Señora Cessley se volvió incómoda y tensa. Rihannan había querido disculparse. Sabía que estaba equivocada, pero su orgullo y ego no le permitían hacer ningún esfuerzo para reconstruir su tensa relación.

Así que...

Decidió que su relación con la Señora Cessley había terminado.

"No le he dicho una palabra a Su Majestad."

La Señora Cessley dijo un día.

"Sólo le dije que regresaste temprano del banquete de bodas de la Duquesa porque te sentías triste y mal. Nunca le mencioné a quién viste. Tampoco que vomitaste. Sólo le informo de esto por si acaso."

Los labios de Rihanna se separaron, su cara demostraba que estaba sorprendida. Pensaba que la Señora Cessley ya le había contado todo a Igor.

"...¿No te preguntó sobre ello?" Rihannan preguntó.

"Lo hizo", la Señora Cessley sonrió amargamente, "Me molestaba constantemente por ese asunto sin parar. Mi Reina, probablemente no podrá imaginar la cantidad de presión que pone para hacerme hablar."

La Señora Cessley dio un gran suspiro.

Por su expresión, Rihannan pudo entender la cantidad de presión y agotamiento que ella  sufría.

"Señora Cessley, sobre lo ocurrido la última vez... Lo siento", murmuró Rihannan amargamente. "Arremetí contra usted cuando no debería haberlo hecho. No ha sido su culpa, sino por mi propio complejo de inferioridad."

"Por favor, no tenga ese tipo de pensamientos, mi Reina. Después de todo, es cierto que desobedecí sus órdenes. No nos preocupemos más por eso."

La Señora Cessley acarició el dorso de la mano de Rihannan y sonrió.

Rihannan sonrió suavemente.

Aunque no dijeron nada, el silencio era todo lo que necesitaban para entenderse.