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miércoles, 18 de noviembre de 2020

No Quiero Ser Amada - Capítulo 130

Capítulo 130. Carne Apretada y Sujetadora


Un momento después Igor separó sus labios de los de ella y la miró fijamente a los ojos. Las mejillas de Rihannan estaban mojadas por las lágrimas; sus párpados plateados también estaban manchados con gotas húmedas.

Su apariencia, lo hipnotizaba lo suficiente para que cualquiera se hiciera adicto a sus encantos.

La cara que ponía mientras respiraba pesadamente, sus labios brillantes se abrían, y sus gritos de éxt@sis le traían una sensación de euforia.

"Rihannan...Rihannan..."

La deseaba... desesperadamente.

La miraba fijamente. Necesitaba devorarla; ponerla en el trance de éxt@sis que lo atraía como un imán hacia ella. Necesitaba probar la carne de esta irresistible criatura.

Ella no estaba completamente acostumbrada a la sensación de que Igor tocara las profundidades de su interior y se estremeció un poco.

"Relaja tu cuerpo. ¿Recuerdas cuándo lo hiciste por última vez?"

"Ah... sí..." Rihannan asintió con la cabeza un poco más entusiasmada.

Igor se rió y le besó la frente.

"Ahora, envuelve tus piernas alrededor de mí."

La agarró de las piernas y la ayudó a envolverlo alrededor de su cintura. Rihannan completó la envoltura, sus largas y delgadas piernas lo sujetaron con fuerza.

Sus pétalos carnosos se apretaron y lo sujetaron; Igor soltó un pequeño jadeo. Dios... ¿De qué estaban hechos sus órganos? Estaba tan apretado, tan dulce, tan jugoso, tan gratificante que apenas podía contenerse sometiéndose a su lujuriosa avaricia de empujar más profundamente en ella.

Apoyó sus dos brazos a un lado de la cabeza de ella, sin olvidarse de gemir.

Igor se había movido demasiado rápido en su primera noche, causándole un doloroso dolor. Si hace lo mismo en esta ronda, ella terminará despreciando su noche llena de placer.

Igor movió sus caderas lentamente, llenando sus entrañas y dejándola respirar mientras se retiraba. El proceso se repitió una y otra vez.

Todo el tiempo, su mirada permanecía en su cara.

Rihannan tampoco evitó los ojos azul hielo brillando. Era la primera vez que se concentraba en nada más que en sus ojos, lo que profundizaba su conexión.

Igor se inclinó hacia delante empalando el jardín de ella. Rihannan soltó un pequeño e incoherente suspiro.

Su flor tembló.

A medida que sus movimientos se volvían frenéticos y rápidos, los ojos de ella se volvieron nebulosos. Pronto, un fuerte gemido se filtró de sus labios. El sonido que se hizo no fue de dolor sino de éxt@sis.

"Ah... Igor..."

Igor la golpeó, la destrozó, la empaló. La cabeza de Rihannan se inclinó hacia atrás. Sus gemidos se elevaron gradualmente a un tono más alto, su cuerpo temblando visiblemente.

Su hombría se hinchó y se hizo más grande; su una mano agarró sus suaves y regordetas nalgas, dándole un suave apretón.

Mientras el éxt@sis lo llenaba de placer llegaba casi al cl!m@x.

Sus pensamientos se volvieron distantes y recordó lo que ella le había dicho hace unos momentos.

|Estoy diciendo que no necesitas atarte a mí y perder tu libertad en el proceso. No me importa si tienes otra mujer a la que abrazas durante nuestro matrimonio. Eres libre de abrazarla tanto como quieras sin considerar cómo me sentiré... Estaré bien.|

Sus palabras irrazonables lo enojaron. Justo cuando pensaba que su relación se profundizaba y se acercaba, ella le mostró frialdad. Le parecía injusto. Igor sabía lo que ella quería decir, pero lo puso ansioso e hizo que reaccionara de esa manera. Los únicos pensamientos que tenía para adormecer la ansiedad era empujarse a sí mismo dentro de ella.

Y entonces recordó unas palabras que le dijo una mujer en su otra vida...

|Tengo pensamientos diferentes a los de mi padre. Para mí, Su Majestad el Rey, es lo único cosa llena mi mente, así que por favor, deje de lado a Rihannan y abráceme en su lugar.|

El rostro de una mujer que sonreía astutamente con labios rojos y cabello rojo vibrante apareció en su mente. Era la hermana de su esposa, la mujer que codiciaba todo lo que Rihannan tenía. Al final, Leticia le causó la muerte.

Igor se mordió su labio inferior. Una ola de ira ardiente e incontrolable brotó de su interior recordando la petición que esa mujer le había hecho, la mujer causante de la muerte y el envenenamiento de Rihannnan, ante la cual no dudó.

Su muerte lo hundió en el abismo abismal y experimentó una vida de tortura infernal de la que no pudo escapar hasta que se le dio una segunda oportunidad.

"Rihannan, me permitiste abrazarte", le susurró Igor al oído y le dio un suave beso. "Así que haré lo que quiera contigo hoy. Prepárate."