Reciente

lunes, 2 de noviembre de 2020

No Quiero Ser Amada - Capítulo 113

Capítulo 113. El Deseo de Igor


Los ojos de Igor se suavizaron y destellaron momentáneamente. "También dijiste algo parecido antes. ¿Cuándo ocurrió? ¿Desde cuándo tuviste problemas para dormir?"

Rihannan sonrió amargamente y dijo: "Hace seis años... cuando mi madre murió."

La miró fijamente y extendió la mano para acariciar su cabeza.

"Así que te ha costado mucho dormir por la noche por eso", su voz sonaba suave, "Lo entiendo. Tener a alguien a quien amas mucho y que se va, asustaría a cualquiera, después de todo."

"...Sí."

Pero la verdad es que el insomnio se ocasionaba porque la acosaban los recuerdos del pasado. Ella no tenía planes de revolcarse en la autocompasión o de culpar a otros por las desgracias que había pasado, pero resultaba difícil... ¿Era depresión? Afortunadamente, pudo recuperarse y reparar su corazón roto hasta cierto punto en Chrichton, pero cuando llegaba la noche, los recuerdos de sus últimos minutos y de su muerte se repetían.

Le resultaba difícil dormir.

Si cerraba los ojos, se preguntaba si acabaría en esa fría y oscura celda.

"No estarás sola. Yo estaré aquí. Relájate y duerme, Rihannan."

Igor se acostó a su lado y la apretó en su cálido abrazo. Le dio una suave palmada en la espalda para tranquilizarla.

Rihannan asintió.

¿Pero sería capaz de dormir en este estado?

Ella suspiró cuanto más pensaba en ello.

***

El cuerpo de ella se movió de izquierda a derecha incómodamente hasta que finalmente se calmó. Igor abrió sus ojos y se movió cuidadosamente para no despertarla, levantándose de la cama.

Mirando a su bella durmiente, recordó ese día.

Recuerdos del pasado...

Los días y las noches pasaban sin sentido, sin esperanza. Vivía cada día en este maldito mundo en la desesperación. Lamentó su acto tonto una y otra vez... pero... esa persona nunca regresaría... ella falleció y nunca más volvería a su lado.

Cada día se despertaba por la mañana sintiéndose desesperado con un corazón negro y vacío. Estaba en un oscuro abismo sin ningún lugar a donde escapar. Su figura siempre lo seguía en las sombras mientras el arrepentimiento lo invadía.

Un día, encontró una pluma dorada entre los objetos que ella había dejado.

Habían pasado años, pero la pluma no era diferente del breve recuerdo que tenía de ella. Podía darse cuenta del esfuerzo que ella hizo para cuidar la pluma dorada. La idea de que ella guardara esta pluma le rompió el corazón.

"¿Por qué... Rihannan...?" su voz sonaba dolorosamente.

Lloraba y se reía, en un ciclo repetido. Parecía un loco. Luego, finalmente, se durmió por agotamiento. Mientras dormía, conoció a un ser en su sueño. Ese ser tenía un halo de luz dorada que brillaba a su alrededor. La luz brillaba cegadoramente parado frente al ser. Su cabeza tenía la forma de un humano, pero debajo de su cuello estaba el cuerpo de un cuervo. Todo su cuerpo emitía un aura poderosa e incómoda.

Igor sintió que la presencia de este ser, estaba más allá de los límites que ningún humano podía imitar.

Pronto se dio cuenta de que se trataba de Ataraxia.

Por primera vez después de su muerte, una brillante y alegre sonrisa apareció en sus labios.

Aunque sólo se tratara de una ilusión y un simple sueño, estaba bien. Estaba bien con este pequeño trozo de esperanza. Arriesgaría su vida y todo lo que tenía por este pequeño trozo de esperanza.

"¿Quieres pedir un deseo?"

La voz de Ataraxia no tenía el lenguaje humano, ni tampoco era vocal, sino que simplemente eran ondas de pensamientos que viajaban por su mente con delicadeza.

Igor expresó su deseo de inmediato... era traerla de vuelta de la muerte, verla de nuevo, tenerla a su lado, pedir una segunda oportunidad...

Sin embargo, Ataraxia sacudió la cabeza con calma.

"Yo también tengo una deuda que pagarle. Ella no desea estar contigo. No puedo concederte ese deseo."