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miércoles, 11 de noviembre de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 225

Capítulo 225. El Corazón Negro De Kapmen (2)



Kapmen había sido tan grosero que pensó que Christa no lo buscaría de nuevo. 

Pero sobre la noche de ese mismo día. Para su sorpresa, Christa, la anterior reina, vino visitarlo en persona.

Esta vez, Kapmen no podía ser tan grosero como para echarla.

"Pase."

Después de intercambiar saludos, cuando Kapmen la invitó a pasar a la habitación, Christa sonrió en silencio y entró.

Kapmen ordenó al escudero que trajera café y aperitivos, antes de pedirle a Christa que se sentara en la mesa de té.

Pero en lugar de sentarse frente a ella, se quedó de pie y preguntó,

"¿A qué se debe su visita?"

"Debido a que es un invitado distinguido, consideré natural venir a saludarlo personalmente."

[Este hombre es Kapmen...]

La voz de Christa era tranquila. Su voz interior era igual.

Kapmen murmuró fríamente, "Ya veo."

Para empezar, nunca le había gustado mucho relacionarse con otras personas. No era nada divertido tener una conversación con una persona mientras escuchaba sus pensamientos. Además, según los pensamientos de su dama de compañía, Christa y la Reina Navier tampoco estaba en buenos términos.

A Kapmen le molestaba ese punto, por eso quería que dijera a qué vino de una vez y se fuera.
Sin embargo, no importaba cuán seco fuera, no podía decirle repentinamente 'váyase' sin un motivo.

En su lugar, Kapmen sólo miraba a Christa en silencio, como si le estuviera diciendo que hablara rápido.

Christa preguntó dudosa.

"¿Tiene algún inconveniente?"

[Debo ser amable.]

"Si tiene algún inconveniente, hágamelo saber, Gran Duque."

[Necesito tenerlo de mi lado.]

Kapmen frunció el ceño y respondió con firmeza.

"Si tengo uno."

"¿Cuál? Ah, sólo pregunto porque quiero ayudarlo".

[Siéntase libre de decirlo. Lo ayudaré.]

"Gracias, pero no es necesario."

"¿?"

"Conseguiré ayuda de la persona indicada."

Los ojos de Christa temblaron ante la respuesta de Kapmen.

[¿No soy la persona indicada? ¿Quiere decir que la anterior reina no debe involucrarse en su asunto?]

"Está bien..."

En este punto, Kapmen pensó que Christa se iría. Sin embargo, Christa dudó en levantarse. En cambio, escuchó su voz ansiosa en su mente.

[¿Cómo puedo hacer de este hombre mi invitado?... No parece odiar exactamente a la Reina Navier, sino a todo el mundo.]

Kapmen levantó sus cejas. No podía entender por qué Christa, la anterior reina, estaba actuando así delante de él.

[¿Qué demonios estoy haciendo aquí? ¿Esto hace alguna diferencia?]

Afortunadamente, finalmente Christa se puso de pie, sonriendo impotente como si no pudiera hacer nada al respecto.

[Hablaré de nuevo con él en otra ocasión. Parece que en este momento quiere estar solo.]

Aliviado, Kapmen la siguió hasta la puerta.

Sin embargo, los pensamientos tristes de Christa, que escuchó después, llamaron su atención.

[Hay tantos hombres encantadores como este. ¿Por qué ella eligió a Heinley entre tantos hombres?]

Kapmen no pudo evitar llamar a Christa, "Espera."

Los efectos de la poción comenzaron a dispararse de nuevo. Su corazón se tiñó de negro.

"¿Eh?"

Christa miró hacia atrás, desconcertada. Kapmen seguía siendo seco, pero habló con una actitud más suave que antes,

"El café todavía no ha sido servido. Podemos sentarnos mientras tanto."

La voz de Navier, con quien acababa de encontrarse, sonó en su oído como una alucinación auditiva.

— ¿Puedes hacer otra botella de esa poción?

***

Por la noche, Sovieshu, que visitó a Rashta, dijo con voz severa,

"¿Quieres manejar el presupuesto como emperatriz?"

El Barón Lant parecía haberle informado.

Rashta juntó sus manos y dijo, "Sí..." su voz apenas audible. Sólo estaba pidiendo lo que por derecho propio le correspondía hacer.

Ante la pregunta severa de Sovieshu, se deprimió. Mientras Sovieshu miraba hacia abajo en silencio, Rashta dudó y murmuró.

"Sé que manejar el presupuesto imperial es el deber de la emperatriz."

"..."

"Me convertí en la Emperatriz, pero todavía no sé qué debería hacer... así que Rashta pensó en comenzar primero por lo que ya sabía."

Rashta dijo, mirando a Sovieshu con ojos asustados.

"Rashta quiere ser una buena emperatriz, Su Majestad."

"Rashta."

"Sí."

"Te dije que sólo estarías en la posición de la Emperatriz por un año."

"Ah, lo sé, pero... aunque sea por un año quiero ser la Emperatriz."

Rashta miró a Sovieshu como un animal débil con grandes ojos.

"Rashta desea cumplir con sus deberes incluso si es sólo por ese tiempo."

"..."

"En primer lugar, no fue porque Rashta gastara su dinero en cosas extrañas que le confió al Barón Lant manejar el dinero. Fue a causa del Vizconde Roteschu."

Rashta extendió sus manos lentamente y dijo, tomando las manos con fuerza.

"Ya no estoy siendo manipulada por él, Su Majestad."

Sovieshu también sostuvo las manos de Rashta con fuerza. Pero la respuesta fue un firme rechazó,

"Aún no has aprendido lo suficiente para manejar el presupuesto, Rashta."

"He estudiado mucho..."

Rashta tenía una cara triste.

"¿Quieres que sea una emperatriz de mentira?"

"No te estoy negando desempeñar por completo el papel de Emperatriz."

"Pero suena así..."

"Asistirás a las audiencias conmigo todos los días a partir de ahora. Hagamos eso primero."

Rashta apretó sus labios sintiéndose molesta.

Necesitaba manejar el presupuesto por su cuenta lo antes posible para poder devolverle el dinero al Duque Elgy. Además, también necesitaba dinero para dárselo al Vizconde Roteschu.

Aunque se había aliado con el Vizconde Roteschu, ella sabía que no haría nada de gratis. 

Ella no quería malgastar el dinero. Sin embargo, era importante usar el dinero en estas dos cosas.

"Debes tomarlo con calma. ¿No es sólo el comienzo?"

Sovieshu le dio una leve palmada en la espalda a Rashta, que estaba rígida por la tensión.

"Incluso por el bien del bebé deberías tomarlo con calma."

"... Sí."

Rashta respondió impotente. 

Sovieshu le acarició el cabello tranquilamente, pero ella no estaba muy feliz.

"Um... Su Majestad."

"¿Qué pasa?"

"Entonces, ¿qué hay del castigo?"

"¿Castigo?"

"Si un noble ignorar a Rashta, ¿puede ser castigado por eso?"

"¿Por qué? ¿Quién te ignoró?"

"El Marqués Farang me ignoró en la primera fiesta de té que celebré como la Emperatriz."

"Ahhh. El Marqués Farang."

Sovieshu chasqueó la lengua.

"Es un buen amigo de Koshar. Además, los Troby y los Farang son familias cercanas. No conseguirás que se acerque a ti, así que olvídalo."

"La posición de la Emperatriz no deber ser ignorado por nadie, Su Majestad."

"¿La insultó abiertamente?"

"Rashta se sintió insultada."

"He sido informado de lo que él dijo."

Rashta se sorprendió por las palabras de Sovieshu.

¿Alguien le informó? ¿Quién lo hizo? 

¿Alguno de los nobles presentes en la fiesta de té se lo comunicó a Sovieshu?

¿O fue alguien de la Guardia Imperial que estaba allí quien se lo dijo?

¿La Vizcondesa Verdi? ¿Las sirvientas? ¿Los sirvientes?

La inquietó que Sovieshu se haya enterado de lo que él dijo antes de que ella le contara.

"Aunque pudiste sentirte insultada en esa situación, no dijo lo suficiente como para ser castigado por el insulto."

"¡Fue sarcástico delante de todos los presente, Su Majestad!"

"¿Pero después no hizo exactamente lo que le ordenaste?"

"¡!"

Mientras Rashta murmuraba, Sovieshu besó su frente suavemente.

"No sé por qué estás tan agitada."

"Eso..."

'Porque es obvio que los nobles me están ignorando. Además, me he convertido en la Emperatriz, pero nada ha cambiado aún, excepto mi lugar de residencia.'

Rashta respondió en su mente. De repente, recordó preguntar,

"Más importante, Su Majestad. ¿Iremos a la boda en el Reino Occidental?"

La expresión de Sovieshu se tornó fría, como si fuera un tema que no deseaba discutir.

Sin embargo, para Rashta este tema era importante.

"Ya que vinieron hasta aquí primero, creo que lo apropiado es ir también."

"¿De verdad lo crees?"

"Me gustaría felicitar a la Reina Navier por su nuevo comienzo."

"..."

"Por supuesto, me da miedo ser intimidada de nuevo, pero..."

Sovieshu suspiró.

"Estás embarazada, viajar hasta allí sería realmente duro."

"Todavía puedo."

Cuando Rashta habló con firmeza, Sovieshu se levantó y dijo, "Lo pensaré."

Rashta se puso de pie, siguiendo a Sovieshu, y le preguntó sorprendida cuando estaba a punto de salir del dormitorio.

"¿A dónde va, Su Majestad?"

'¿No va a dormir conmigo?' Pensó Rashta.

"Necesito pensar. Duerme sola."

Pero Sovieshu sólo dijo que lo sentía y se fue.

Al salir al pasillo, Sovieshu casi se tropieza con su criada, Delise.

Delise se inclinó ante Sovieshu con asombro y se disculpó,

"Lo lamento, Su Majestad. Lo lamento, Su Majestad."

"Está bien."

Sovieshu agitó su mano para disuadir a Delise, y dejó el Palacio del Oeste inmediatamente.

Delise miró fijamente la espalda de Sovieshu mientras se alejaba, pero rápidamente recobró el sentido y pasó por el salón hacia el dormitorio.

Rashta se sentó en la mesa, frunciendo el ceño con las manos en su vientre.Su hermoso rostro angelical se veía muy triste incluso mientras fruncía el ceño.

'Sólo en esa medida podré recibir el amor de Su Majestad.'

Delise, admirándose a sí misma, entro en el dormitorio de Rashta.

"Permitame arreglar su cama, Su Majestad."

"Sí."

Después de cambiar las sábanas, colocó una pequeña piedra cálida en el interior. Luego comenzó a cambiar las fundas de las almohadas por unas nuevas.

Era normal que después del matrimonio siguiera usando durante uno días las mismas mantas y fundas de almohadas que antes de casarse.

Ahora que ese período de tiempo había pasado, iba a cambiar las fundas y mantas por unas nuevas.

Cuando Delise sacó la funda de una almohada grande y suave que Rashta había usado en el Palacio del Este. En ese momento. Un puñado de plumas azules salieron del interior.