Además de los caballeros que los habían acompañado en su viaje, estaban presentes nuevas y extrañas caras. En medio de la larga mesa, los jóvenes caballeros hablaban y bebían exageradamente mientras dos caballeros mayores, de cuarenta años aproximadamente, charlaban con Riftan, llegando incluso a retarlo a un concurso de beber.
Max continuó sorbiendo su vino, debido a su falta de tener alguien con quien conversar escuchaba sin querer sus historias. El progreso de los aprendices de caballero, el rendimiento de las cosechas, la cantidad de minerales extraídos, las últimas y más efectivas armas y, por supuesto, los espeluznantes relatos de sus últimas hazañas.
Ni siquiera entendía el vocabulario que usaban. De repente, el caballero más joven del grupo se levantó y gritó.
"Sir Calipse, ¿es realmente cierto que en la batalla final de las Montañas Lexos, detuviste el Aliento de Dragón con tu espada?"
Todos los caballeros que habían estado charlando y bebiendo ahora centraron su atención en el chico. Era un aprendiz de caballero de pelo blanco-rubio brillante.
"He oído que el Aliento de Dragón es la magia más poderosa del mundo entero. ¿Cómo detuviste las enormes llamas que pueden volar una montaña entera?"
Las preguntas del chico sobreexcitado molestaron visiblemente a Riftan.
"Mi espada tiene cualidades únicas".
"La espada del capitán tiene un atributo único que absorbe la magia externa y la convierte en propia. Cuanto más fuerte es el poder del oponente, más fuerte es el poder del capitán" explicó Hebarón, a quien Max distinguió como uno de los caballeros que los había acompañado en su viaje.
"Bueno, aunque ignoremos el hecho de que nació ridículamente fuerte, ¡nuestro capitán es el mejor espadachín! ¡No se le dio la posición más alta entre los caballeros divinos de Oshira por nada!"
"No es «capitán», sino líder".
El caballero rubio, Uslin Rykaido, que había estado bebiendo tranquilamente, señaló.
"Ya sea capitán o líder, no importa. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que dejes de ser un mercenario de todas formas?" Hebaron se rio a carcajadas.
El aprendiz de caballero blanco-rubio continuó con sus preguntas: "¿Es cierto que Sir Calipse compitió con Leon Quahel de los Caballeros Divinos? ¿No es eso algo de lo que hay que presumir ante los aprendices de caballero? Estaría orgulloso de saber que dos de los más grandes caballeros se habían batido en duelo".
Rikaido dijo conmovedoramente. "Mantuvieron el enfrentamiento en secreto. Muchas peleas ocurren entre caballeros. Pero estábamos allí para matar a un dragón, no para apuntarnos con nuestras espadas".
"¡Quieto! ¡Es un desperdicio que nadie sepa del duelo entre los dos caballeros más famosos del continente! ¡Debe haber sido un espectáculo para ver!"
"Fue suficiente con que el dragón fuera derrotado". Riftan, que todavía estaba escuchando la conversación, finalmente dijo en un tono seco.
"Y el enfrentamiento en ese momento ni siquiera fue un duelo. Debido a que estábamos en medio de la subyugación del dragón, ninguno de nosotros podía mostrar sus habilidades. La única razón de éxito para que el dragón fuera sometido fue por mi absorción de maná, no por mi habilidad con la espada".
"¿Por qué estás actuando tan humildemente?" Un joven caballero, que se sentó cerca de la chimenea, dijo con cierta irritación.
"Ganar es ganar. Los términos eran los mismos, y era un duelo hecho en un escenario restringido desde el principio. Era justo, no importa cómo se mire".
"¡Quiero oír más sobre el duelo!" Todos los aprendices lo miraban con ojos brillantes, llenos de emoción.
Gabel se encogió de hombros "¿Estás más entusiasmado con esta lucha que con la batalla con el dragón?"
"¡Por supuesto, también deberíamos escuchar la historia de la expedición! ¡La historia del asesino de dragones!"
La actitud entusiasta de los chicos hizo que el caballero sonriera con una mirada complacida en su rostro. Max también se dejó llevar por la euforia. Había oído a los juglares[1] cantar las grandes historias de los caballeros, pero nunca había oído hablar de sus aventuras de primera mano.
El joven caballero se mojó los labios con cerveza y comenzó a explicar con gran detalle lo que había sucedido. Gabel era un excelente narrador. Desde el día en que Riftan había sometido a un grupo de ogros y troles, hasta la historia de su entrada en las Montañas Lexos, la lucha con los tres Basiliscos[2], los ojos de Max brillaban tanto como los de los jóvenes.
Pero cuando Max vio realmente a los monstruos, estaba aterrorizada.
Entonces, ¿por qué era todo tan emocionante ahora? Tal vez fue la elocuencia de Gabel al narrar la historia. Mientras admiraba tranquilamente sus vívidas descripciones y disfrutaba de las palabras que parecían cobrar vida, un toque revoloteante estaba de repente en la parte posterior de su cuello.
Bastante sorprendida, volvió la cabeza a la fuente, el hombre que se había callado a su lado.
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[1] Un juglar era un artista callejero, generalmente ambulante, que durante la Edad Media participaba en espectáculos dirigidos al público para divertir y difundir relatos guerreros, especialmente cantares de gesta, o composiciones líricas. Cantaban y recitaban en plazas, pueblos y castillos usando instrumentos musicales.
[2] El basilisco era un ser fabuloso creado por la mitología griega que se describía como una serpiente gigante cargada de veneno letal y que podía matar con la simple mirada, que consideraban el rey de las serpientes. Posteriormente se lo ha representado de diversas maneras siempre con características reptilianas.
