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martes, 27 de octubre de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 217

Capítulo 217. Apuesto (2)



'¿Es bipolar?'

Heinley, quien había estado deprimido toda la mañana, sonrió durante toda la tarde.

McKenna miró suspicazmente a su señor.

No sólo estaba sonriendo, sino que se reía mientras se tocaba la frente.

De camino a la sala de conferencias, miró fijamente un pilar, de repente su rostro se reflejó en el mismo y dijo, "Soy adorable."

McKenna miró ansiosamente a Heinley.

Es mejor soñar despierto que andar deprimido.

Heinley, siempre había mantenido una actitud de absoluta confianza en sí mismo, por eso le preocupaba que sus sentimientos fueran ahora tan inestables.

En ese momento.

Heinley, que caminaba entusiasmado, se detuvo abruptamente y se cubrió la boca con una mano. Luego miró a la nada con ojos serios y profundos, frunciendo el ceño.

Parecía sorprendido por haberse dado cuenta de algo tardíamente.

"¿Su Majestad? ¿Qué sucede?"

McKenna preguntó extrañado, Heinley miró a su alrededor y finalmente susurró,

"Si me caso pronto..."

Pero, incapaz de decirlo, Heinley cerró la boca.

"¿Su Majestad?"

¿Qué pasa si se casa pronto?

McKenna tenía curiosidad por el resto, así que preguntó.

"¿Qué ibas a decir?"

Sin embargo, Heinley se quedó en silencio, sin responder.

McKenna preguntó repetidamente, "¿Su Majestad? ¿Su Majestad?" Sólo entonces Heinley preguntó con preocupación,

"McKenna. ¿Cómo es mi imagen?"

"¿Su Majestad? Su Majestad puede no parecerlo, pero es inteligente, puede no parecerlo, pero es honorable, puede no parecerlo, pero es puro..."

"No la imagen que tú ves. La imagen pública."

"No eres inteligente, no eres honorable, ni tampoco eres puro."

Heinley suspiró, sacudió la cabeza y volvió a caminar por el pasillo. 

No parecía querer este tipo de esta respuesta. De hecho, no era la respuesta que quería.

En realidad, lo que quería preguntar era sobre la primera noche después de la boda.

Después de esa noche, los próximos encuentros tendrían lugar considerando los deseos de cada uno, pero la noche de bodas se llevaría a cabo independientemente de eso.

No dijo nada, pero de sólo pensar en ese día, su corazón latía cada vez más rápido.

Se sentía tan bien tocar a la persona que amas. ¿Qué sentiría cuando realmente la tuviera entre mis brazos?

Ni siquiera podía imaginárselo.

Pero de repente un pensamiento le vino a la mente.

Él… Él no tenía experiencia en ‘eso’.

El problema era su imagen de playboy.

Aunque no parecía pensar que era tan promiscuo como los demás, incluso Navier creía hasta cierto punto que Heinley era un playboy.

¿No creería que soy bueno en todo esto si era un playboy?

Por supuesto, estaba seguro de hacerlo bien una vez que aprendiera y se familiarizara.

Pero si no puedo hacerlo bien en la noche de bodas, ¿habrá una segunda noche?

Heinley quería ser el hombre perfecto para Navier.

"¿Su Majestad?"

McKenna preguntó de nuevo con una expresión firme, estaba realmente preocupado.

Heinley agitó sus manos para indicar que estaba bien, y luego cambió de tema.

"¿Cuándo llegarán todos de la Gira de los Caballeros?"

No creo que estuviera pensando en eso. McKenna pensó y respondió sin problemas,

"Es un largo camino, pero llegarán hoy."

"Mañana se debe celebrar la ceremonia de bienvenida."

"Sí. Ah, ¿debo decirle a la Reina que prepare un pañuelo?"

***

"¿Un pañuelo?"

McKenna vino a visitarme y me dijo que debía preparar un pañuelo.

"Sí, todos los caballeros que participaron en la 'Gira de los Caballeros' llegarán hoy."

"Habrá un evento."

"Así es. Para ser precisos, hoy se reunirán a las afueras de la capital, y mañana partirán desde allí hasta el palacio real con el traje ceremonial correspondiente. Muchas personas suelen venir a verlos."

"Ah."

"Una vez que terminan el desfile, cada dama coloca un pañuelo en el bolsillo de su caballero. Creo que lo mejor sería que Su Majestad la Reina se nos uniera en ese momento."

Sin embargo, pensando en el silencio que recibí en el Imperio Oriental, me preocupaba un poco.

"No necesita preocuparse demasiado, Su Majestad."

Como si supiera lo que estaba pensando, McKenna sonrió gentilmente y me tranquilizó,

"Sir Koshar es uno de los caballeros más populares de esta gira."

***

A la mañana siguiente.

Me puse un vestido tan formal que se veía rígido, y me recogí el cabello en un elegante moño sin dejar ni un pelo suelto.

No era una fiesta, pero hoy me encontraría no sólo con los caballeros que participaron en la gira, sino también con las jóvenes damas y mujeres de la nobleza relacionadas con ellos.

No íbamos a cenar juntas, pero nos saludaríamos mientras esperamos a que llegaran los caballeros del desfile.

Todavía no estaba firmemente arraigada en la alta sociedad, así que definitivamente no iba a menospreciar la ocasión.

Después de mirarme en el espejo varias veces para asegurarme de que me veía bien, me subí al carruaje y salí a las puertas del palacio a la hora prevista.

Heinley había salido antes que yo, así que sólo Rose, Mastas y los Caballeros Transnacionales me siguieron.

Al bajar del carruaje, las nobles que habían llegado primero me saludaron cortésmente.

"Es un honor ver a Su Majestad la Reina."

"Saludos a Su Majestad la Reina."

Como no teníamos una relación cercana, cuando terminaron los saludos, no podían dirigirse a mí primero, así que simplemente me miraron en silencio.

Cuando uno está con alguien que no es cercano, se supone que la persona con el estatus más alto es quien inicia la conversación.

Pero en lugar de hablar con ellas, le pregunté a Rose.

"¿Cuándo comenzará?"

"Está a punto de comenzar, Su Majestad."

Tan pronto como terminó de hablar, se escuchó el sonido de un cuerno en la distancia. Sin embargo, como no podían verse las puertas de la capital desde aquí, una vez que el sonido se desvaneció, todo volvió a la calma.

Hubo un silencio incómodo por un momento. Pero no mucho después, fuertes vítores comenzaron a oírse a lo lejos.

Los caballeros parecían estar viniendo hacia aquí. Sentía como la ovación se acercaba cada vez más.

Podía escuchar nombres ocasionalmente, pero debido a los fuertes vítores, las voces estaban tan mezcladas que era difícil de entender.

Los vítores se hicieron cada vez más fuertes, como las olas del mar.

Finalmente los caballeros también podían verse desde aquí.

Venían a caballo en filas de tres.

La gente los ovacionaba y rociaba sobre ellos pétalos de flores de sus cestas.

Sorprendentemente, mi hermano era uno de los tres de la primera fila.

Y, contrariamente a las preocupaciones, nadie lo ignoró.

También pude escuchar a algunas personas gritar, "Koshar."

Mientras observaba con asombro, Mastas me dijo desde un costado.

"Los tres hombres más populares están en la primera fila, Su Majestad. Luego, los tres siguientes. Después de eso, es sólo por orden de llegada."

Mi hermano sonreía y saludaba a los presentes, como si se sintiera incómodo por esto.

Antes la vista, mi nariz se hinchó. Estaba orgullosa y conmovida a la vez.

Eventualmente, los caballeros se detuvieron disciplinadamente al acercarse a nosotros, y ante la señal de McKenna, desmontaron sus caballos.

Entre esos caballeros estaba mi hermano.

Mi hermano dio unos pasos hacia delante y sonrió mientras me miraba en silencio.

Pensé que iríamos juntas a colocar los pañuelos, o en fila. Sin embargo, mientras mi hermano seguía avanzado, nadie más se movía.

'¿Tengo que ser la primera en colocarlo?'

Mirando a Heinley, me guiñó un ojo y asintió. Entonces, saqué mi pañuelo y me acerqué a mi hermano.

De repente me di cuenta que en la segunda fila estaba Sir April, el hermano de Mastas.

Después de asentir levemente hacia él en señal de saludo, coloque el pañuelo en el bolsillo delantero del traje ceremonial de mi hermano como si fuera un accesorio.

***

El tiempo que tuve para ver a mi hermano por primera vez en mucho tiempo fue corto. Después de regresar de la gira, los caballeros participantes debían informar de los detalles en la sala de conferencias.

Me alivió verlo incómodo y avergonzado, pero adaptándose bien.

Ojalá mi hermano pudiera deshacerse de la mala reputación que tenía en el Imperio Oriental, poco a poco...

Esa noche, visité el templo y oré brevemente.

Pero al día siguiente.

Me sorprendió saber que la imagen de mi hermano era mucho mejor de lo que pensaba.

"¿Qué es esto?"

Alrededor del mediodía, Rose había traído un montón de cartas. Estas cartas provenían de remitentes de diferentes familias.

Al abrir una para leerla, el contenido era simple pero amigable.

Fue lo mismo con otras cartas.

¿Por qué de repente enviaron estas cartas?

Cuando miré a Rose desconcertada, ella dijo mientras miraba a Mastas,

"Las jóvenes damas de la ceremonia de bienvenida de ayer deben haberse enamorado de Sir Koshar."

¿De mi hermano?

"¿En serio?"

Le pregunté para que me contara más sobre eso, Rose dijo, mirando de nuevo a Mastas.

"Sir Koshar es tan hermoso como un cuadro. Ha hecho una gran actuación esta vez, así que estoy segura que a los ojos de las jóvenes damas es maravilloso."

Mastas añadió emocionada, sin darse cuenta que Rose la estaba mirando.

"Además, es el sucesor de una familia influyente del Imperio Oriental y el único hermano de la Reina."

"Sí..."

Cuando asentí avergonzada, las dos me miraron de forma extraña.

"¿No es siempre así?"

"Sir Koshar debe ser popular en el Imperio Oriental también, ¿verdad?"

No, en absoluto.

Mi hermano tenía una mala reputación. Desde los siete años, la popularidad de mi hermano había caído en picada.

Sin embargo, era imposible que ellas y las jóvenes damas no supieran de los rumores de mi hermano.

Dado que en el Reino Occidental no se originaron los rumores sobre mi hermano, ¿eran considerados exagerados aquí?

Tal vez.

Y al día siguiente.

Recibí más cartas que ayer, lo cual confirmó mis sospechas.

Las personas del Reino Occidental pensaban que su mala reputación era exagerada.

Al principio, esta situación era incómoda.

Pero pensándolo bien, parecía algo bastante bueno.

Quizá Nian y mi hermano serían capaces de hacer un lugar para mí en la alta sociedad sin la ayuda de Mullaney...

Unir fuerzas con Mullaney sería una forma fácil de encajar en la alta sociedad del Reino Occidental. Sin embargo, si tomaba este camino perdería a la otra mitad que apoyaba a Christa, lo cual no era bueno a largo plazo.

No tengo que agradarle a todo el mundo, pero tampoco hay necesidad de convertir a la mitad de la alta sociedad en enemigos al mismo tiempo.

Aunque debía ser cuidadosa en la selección de mis ayudantes cercanos, si se trataba de una amistad moderada, no me importaría acercarme un poco a Christa.

Por ahora, iré a ver a Christa de nuevo.

¿Hay la más mínima posibilidad de que nos acerquemos? Habiendo tomado una decisión, me cambié de ropa y dejé el anexo.

Mientras caminaba por el pasillo, vi carruajes extranjeros y gente yendo al palacio principal.

Los patrones de los carruajes me resultaban familiar.

¿Parecen carruajes de Rwibt?

Tan pronto como lo pensé, vi al Gran Duque Kapmen.

Aceptó la invitación.

El Gran Duque Kapmen, que caminaba tranquilamente con una expresión grave, giró la cabeza hacia este lado.

¿Sintió mi mirada?