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viernes, 25 de septiembre de 2020

Bajo El Roble - Capítulo 15

Capítulo 15. Bajo Las Sábanas (1)


"Oh, no... No es eso..."

"Entonces, ¿qué demonios es? ¿Hay alguien más?"

A Max le llevó un tiempo comprender el significado de sus palabras. Por unos momentos, ella lo miró sorprendida fijamente a sus ojos ardientes. Desafortunadamente, su silencio fue malinterpretado, Riftan se hizo una idea equivocada.

Con un gruñido en su tono, habló con desprecio, "Ya veo, mientras yo estaba luchando en el campo de batalla hasta la muerte, tú estabas viéndote con otro hombre."

"¡Oh, oh, no! Oh, ¡no es cierto!"

Su respuesta, casi en una vacilación rastrera, le privó un poco de su fuerza. Aún sin estar convencido, le pregunto con fiereza.

"Entonces, ¿por qué demonios estás hablando de divorcio?"

"Cuando volviste, yo... pensé que pedirías el divorcio y te casarías con ella... Así que..."

"¿Ella?" Después de pensarlo un momento, añadió bruscamente, esperando haber logrado comprender sus divagaciones, "¿Agnes?"

Al mencionar el nombre, los ojos de Max se abrieron de par en par. Un guiño desolado fue la única respuesta que pudo conseguir.

Pero Riftan, con su rostro inexpresivo, escupió una ráfaga de maldiciones y se frotó la cabeza, aparentemente enfadado.

'Un grupo de personas tontas esparcieron un montón de rumores inútiles.'

Murmuró para sí mismo. Luego, se acercó y se sentó a su lado. Después de un breve momento, la levanto casualmente y la puso en su regazo.

Sus abruptas acciones tomaron a Maximillian por sorpresa; sumisamente, ella agitó sus piernas hasta el final. Riftan suave y afectuosamente sostuvo su cara con sus dos manos y se acercó. Confundida, lo siguiente que sintió Max fue su lengua húmeda lamiendo la humedad de sus ojos. Sus pestañas se agitaron y cerró los ojos.

Él no tenía prisa, le quitaba las lágrimas, gota a gota. Su aliento caliente le hacía cosquillas en las mejillas, sus labios temblaban en respuesta, y el pulso se le aceleraba. Instintivamente, dejó escapar un suave gemido.

Sintiendo su forma temblorosa y agitada, Riftan exhaló un profundo suspiro y le colocó un brazo alrededor de la cintura.

"No sé lo que has oído, pero he rechazado la oferta."

"¿La rechazaste?"

Sus ojos se abrieron de par en par con asombro; su voz se hizo más aguda.

"¡Por supuesto! ¿Crees que aceptaría una oferta tan loca?"

'¡¿Qué quiere decir con 'una oferta tan loca'?! ¡¿Cómo podría ser una locura ofrecer una bella princesa a un guerrero que ha salvado al mundo?!'

"¿Quién en su sano juicio propondría un matrimonio a un hombre casado en primer lugar? Cuando escuché esa historia, pensé que este rey estaba loco."

"Ah, pero..."

"Si alguien cambiara sus votos sagrados ante Dios, lo castraría con mis propias manos. ¿Cómo pudiste pensar que haría algo tan poco ético?"

'¿Habla en serio?'

Ella lo miró, asombrada y avergonzada al mismo tiempo. Había oído a menudo que los caballeros valoraban la fe, pero ¿este hombre también tenía fe en la caballerosidad?

¡El desperdicio la oportunidad de oro de formar parte de una familia real a través de un matrimonio forzado con ella! Casarse con esta dama le habría dado un nuevo título, el honor de la realeza y enormes bienes. Y no sólo eso. Su hijo tendría naturalmente el derecho al trono.

Por lo tanto, era natural que su esposa, que no podía darle lo que Agnes podía, considerara su decisión como una autentica locura.

Este tipo... se ha vuelto loco. 

Sólo entonces se dio cuenta de que este hombre había tomado los votos matrimoniales en serio y tenía toda la intención de honrarlos.

Y sobre todo, no tenía un motivo oculto en sus palabras, sólo la estaba tomando porque la consideraba su esposa. Max se tambaleó en la conmoción y apretó los dientes con incredulidad.

"Ah, pero..."

¿Él está en su sano juicio? Tal vez, no sabe lo que ha perdido.

Olvidando su situación actual, ya que estaba profundamente involucrada en la conversación, se atrevió a replicar.

"Bueno, en realidad... pero, sabes, está bien. Oh, Agnes, es una mujer muy, muy hermosa, una mujer rica."

"¿Alguna vez has conocido a Agnes?"

Ella se estremeció. ¿Se habría precipitado?

"En persona, eh, nunca la he conocido, pero..."

"¿Cómo sabes si es hermosa o no? No me gusta que una mujer loca, ni una joven novata me siga."

Ah, ¿está bien hablar de la familia real así?

Max lo miró, con la cara llena de perplejidad. En ese momento Riftan levantó su mano, ella se sorprendió, pero aún así sólo esperó a que su mano la golpeara. Pero no lo hizo, en vez de eso su pulgar limpió las lágrimas restantes de sus mejillas.

"Olvida esos ridículos rumores. En primer lugar, la vida en el palacio no me conviene. No quiero vivir en la casa de la princesa."

"Ah, pero..."

"¡Basta de peros! ¿Estás utilizando los rumores como un pretexto? En realidad, ¿no eres feliz con este matrimonio?" Un peligroso destello brilló en los ojos del hombre.

Ella negó con la cabeza rápidamente y su cara se enderezó de nuevo.

"Ya es suficiente. Si vuelves a mencionar estas tonterías, no lo toleraré la próxima vez."

Ella abrió los ojos. '¿No lo tolera? ¿Qué quería decir con eso?'

Mientras se quejaba para sí misma, sintió de repente que la mano del hombre tocaba la parte baja de su espalda, y poco a poco empezó a explorar. Instintivamente, se puso rígida. Su mano bajó lentamente y se metió bajo las sábanas que la cubrían.