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miércoles, 23 de septiembre de 2020

Bajo El Roble - Capítulo 11

 Capítulo 11. El Duque de Croix (1)



La caída del Imperio Roem, que había controlado el territorio del oeste y rápidamente el territorio del sur, trajo consigo una era de emperadores al continente.

El Imperio fue desgarrado en siete pedazos: Whedon, Balto, Dristan, Osiria, Suikan, Arech y Libadon. Los emperadores de cada país lucharon por ganar la lealtad de sus hombres para proteger su territorio. Los nobles tuvieron que esforzarse por tener más caballeros y magos.

El padre de Maximilian, el Duque de Croix, no era una excepción. El primer Duque de Croix fue uno de los emperadores de Whedon que logró hacerse cargo de Okto, una rica tierra de Dristan, anteriormente propiedad de miembros de la familia real del Imperio Roem. El Duque de Croix luchó en docenas de guerras a través de generaciones para tener en sus manos un vasto granero y decenas de miles de siervos, de los que podía muy bien aprovecharse, en la tierra de la que se apoderó.

Luego, hace 30 años, los siete países firmaron un acuerdo de alto el fuego para contrarrestar el aumento exponencial de linchamientos, presionando al duque para que devolviera las tierras robadas a Dristan. El Duque de Croix, que ya había perdido cerca de la mitad de su territorio, pensó en todas las posibles soluciones y pronto encontró una.

Esta solución fue casarse con una noble dama de la Familia Roem para ganar la legitimidad del control de sus tierras. Encontró a mujer virgen de la Familia Roem y tuvo éxito al casarse con ella. Su nombre era Aryan Roem Gorta. En el momento de su matrimonio, El Duque de Croix estaba muy contento y complacido.

Aryan era una doncella casta con hermosos rasgos, obediente, gentil, y, sobre todo, era descendiente directa de la familia real, que una vez gobernó todo el continente. Por lo tanto, el Duque, que se liberó de la disputa de tierras al casarse con ella, estaba profundamente satisfecho. No podía pedir una pareja más adecuada.

Pero no mucho después, se enfrentó a otro problema. El tema de los herederos...

Como todos los hombres nobles, el Duque de Croix también anhelaba ferozmente que su sucesor heredara su título, su vasto territorio y su precioso castillo. Pero durante casi seis años de matrimonio, Aryan seguía sin dar a luz, para su gran decepción. Múltiples veces quedó embarazada, y muchas veces la pareja quedó devastada con los abortos espontáneos que ocurrían.

Bajo tales circunstancias, la ansiedad del Duque era indescriptible. Aunque había hecho todo lo posible para contar con un heredero sano que se quedara con su riqueza y legado, sólo había experimentado frustración durante diez largos años.

Finalmente, nació un bebe sano, quizás por su devoción a Dios, al menos eso es lo que él afirmó. Desafortunadamente, era una niña. El desánimo que sintió el Duque cuando se enteró de ello fue inconmensurable. Cuando la niña tenía tres o cuatro años, él se llenó de rabia. ¡Era tan inútil que ni siquiera podía montar a caballo!

Cuando su hija creció, renunció a la más mínima esperanza de que se casara con uno de los hombres solteros de la familia real de Whedon y consiguiera un sucesor en el proceso. Su hija tenía un problema con su habla, un rasgo que temía que fuera heredado por alguno de sus descendientes.

Incluso si ella tuviera un hijo varón, si heredara esta condición tampoco podría ser considerado como sucesor de la Familia Croix. Creía firmemente que sólo un niño sano sin defectos protegería el honor de su familia.

Sin embargo, Aryan no pudo volver a dar a luz. Murió de agotamiento y complicaciones debido a sus frecuentes abortos. El duque, que estaba desesperado por un sucesor, inmediatamente cortejo a una nueva dama entre las primas de Aryan.

No obstante, las probabilidades seguían en su contra, ya que después de poco tiempo, su segunda esposa murió de una enfermedad que le dejó otra hija. Y no sólo eso, sino que también trajo consigo los rumores de que la Familia Croix estaba maldita, y esta era la causa de la temprana muerte de sus esposas, rumores que comenzaron a extenderse por todo el continente. Esto hizo que la Familia Roem le negara otra esposa. Entonces, el Duque Croix no tuvo más remedio que poner todas sus esperanzas y expectativas en su segunda hija, Rosetta Croix.

Afortunadamente, Rosetta, a diferencia de su primera hija Maximilian, tenía hermosos rasgos, ingenio y habilidades excepcionales. Si se casaba con una familia de buena reputación y daba a luz a un heredero, podía mantener el control sobre su vasto territorio mientras continuaba el linaje superior de la Familia Croix.

Para lograr ese fin, el duque no escatimó esfuerzos. Excelentes tutores, cientos de sirvientes, hermosas ropas, joyas... Le dio todo lo que Rosetta quiso, cualquier cosa para hacerla la novia perfecta para uno de los solteros de la familia real de Whedon.

Mientras le daba mimos extra a su hija menor, no podía permitirse el lujo de mirar a su primera hija, quien no era del todo útil. Por lo tanto, Maximilian siempre estaba en segundo plano.

No, de hecho hubiera sido mejor para ella si la hubiera tratado como a una total extraña. Pero este no era el caso.