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domingo, 9 de agosto de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 195

Capítulo 195. Ansiedad De Rashta (2)


Había una persona que estaba inquieta por las acciones de Sovieshu.

'Rashta se va a casar...'

Era el Vizconde Roteschu.

Roteschu frunció el ceño y se quedó mirando la revista de chismes, debido a la noticia que apareció hoy en la misma. 

La noticia de que Rashta se va a casar con el Emperador Sovieshu.

Según la revista de chismes, muchos comerciantes entran y salen del Palacio Imperial para preparar la boda. Preciosas joyas, alfombras, seda y artículos raros entraban al palacio por medio de carruajes, y famosos floristas de repente comenzaron a estar muy ocupados.

Si bien la revista admitió que la noticia no fue reconocida oficialmente por la familia imperial, insistió en que sin duda habría una ceremonia de boda, alegando que no había otro motivo para que estos comerciantes estuvieran entrando y saliendo.

Los expertos— aunque nadie sabe de dónde salieron, estos llamados 'expertos' en la revista también predijeron que pronto habría una boda, con una probabilidad cercana al 100%.

Aunque nadie abogó por el matrimonio, no con Rashta, sino con alguna hija de otro gran noble. No había damas solteras de la edad de Sovieshu en ninguna de las prestigiosas familias comparables con la Familia de Navier.

Si bien había muchas jóvenes damas en familias inferiores, si se tratara de un matrimonio político, entonces no tenía sentido que se hubiera divorciado de Navier para traer a una dama de una familia inferior.

Por lo tanto, la mayoría de las opiniones coincidían en que no sería un matrimonio político, sino un matrimonio por amor, y que la pareja sería Rashta.

'Oh, realmente se convertirá en la emperatriz.'

El Vizconde Roteschu, que sabía que Rashta era una esclava, sacudió la cabeza.

Estaba sorprendido, pero se sentía muy extraño.

Ciertamente el mundo es algo increíble. Él no podía creer que su esclava se fuera a convertir en la emperatriz.

Por otro lado, Alan, el hijo del Vizconde, estaba completamente desanimado por la noticia del matrimonio de Rashta, y su hija, Rivetti, estaba enojada pero asustada.

"Tan pronto como se convierta en la emperatriz, se vengará de nosotros, padre!"

"¿por qué dices eso?"

"Porque conocemos sus secretos."

"Huh, hay que tener más cuidado."

"¿Y si contrata a un asesino o algo así para matarnos?"

El Vizconde Roteschu se rió, pero estaba igual de preocupado.

Estaba criando en secreto al primer bebé de Rashta, así que estaba preparado para cualquier situación que se presentara.

Pero la sensación de inquietud no desapareció.

¿Y si Rashta decide matarnos a todos, incluso a su propio bebé?

Fue entonces cuando... alguien llamó a la puerta.

El visitante era un empleado del palacio a quien el Vizconde Roteschu sobornaba regularmente.

Después de comenzar a chantajear a Rashta, el Vizconde Roteschu sobornaba regularmente al personal del palacio.

El empleado que visitó al Vizconde Roteschu era una de esas personas.

"¿Qué pasa? ¿Sucedió algo?"

Preguntó Roteschu, pidiéndole que hablara rápido.

En esta situación, cualquier información, por pequeña que sea, sería importante.

Pero la información que el empleado le dio era más valiosa de lo que esperaba.

"Su Majestad envió a alguien al Reino Occidental en secreto."

"¿Al Reino Occidental?"

"Sí. En secreto, sin ningún registro oficial."

"En secreto al Reino Occidental..."

Después de que el empleado recibió el pago extra y se fue.

Roteschu se rió a carcajadas, ya que una buena idea le vino a la mente tan pronto como escuchó las palabras del empleado.

Se arregló rápidamente y se fue directo a donde Rashta.

...

Rashta lo saludó fríamente.

"¿Qué quieres?"

Era la primera vez que se encontraban desde que el Vizconde Roteschu vio a Rashta con sus padres falsos.

El Vizconde Roteschu se rió, sentándose en el sofá frente a Rashta.

"¿Sabes qué noticias he traído para ti?"

"Estás tratando de chantajearme de nuevo."

Rashta habló fríamente y se sentó frente a él.

Después de beber el agua del Palacio Imperial, su postura al sentarse había cambiado considerablemente.

El Vizconde Roteschu dijo con una sonrisa.

"Escuché que el Emperador le envió una carta a la Emperatriz Navier."

"¿Emperatriz? Será a la emperatriz depuesta."

"Bueno, a la emperatriz depuesta."

"..."

Rashta levantó una ceja.

Cuando lo pensó, lo importante no era si llamarla emperatriz depuesta o emperatriz.

¿Una carta?

¿De qué se trata la carta?"

"No lo sé."

"¿No robaste la carta, o algo así?"

"El mensajero de Su Majestad no debe ser alguien ordinario. No tenía el dinero para contratar mercenarios y robar la carta."

Te he dado un montón de dinero.

Rashta se tragó las palabras que estaban por salir de su garganta, porque sabía lo que Roteschu quería decir. No estaba aquí solo para transmitir información.

Ahora está...

"¿Qué quieres decir? ¿Crees que eres una buena fuente de información? Ese tipo de cosas también pueden ser averiguadas por Rashta."

"Pero no lo sabías."

El Vizconde Roteschu sonrió, entrecerrando los ojos, y se inclinó hacia adelante, con los brazos apoyados sobre sus piernas.

"Te lo dije, te dije que necesitas mi ayuda."

"¡!"

"Ambos conocemos nuestros secretos. ¿Pero qué hay de tus padres falsos? Conocen solo tu lado bueno. ¿Te gustaría que se enteraran de otras cosas sobre ti?"

Rashta no fue capaz de responder. Marsha y Gillimt eran buenas personas, pero en primer lugar, todo era como un castillo de arena.

No importa lo bien que la trataran, Rashta no era su verdadera hija. Ni siquiera sabían que su falsa hija era realmente una esclava.

"Rashta, Rashta. Las personas como nosotros tienen que tomarse de la mano para poder permanecer de pie."

El Vizconde Roteschu susurró con miel en su lengua.

Rashta apoyó su espalda contra el respaldo del sofá y movió sus labios nerviosamente.

Anoche, Sovieshu, le cantó una dulce canción de cuna en su vientre, y hoy le pidió a alguien que le entregara una carta en secreto a Navier.

Si fuera algo malo sobre la emperatriz depuesta, habría mandado la carta oficialmente. Sin embargo, al saber que él escribió y envió una carta en secreto, ella estaba segura que se trataba de una carta de disculpa.

Esta mañana, Rashta recibió un periódico del Reino Occidental, el cual publicó una entrevista con la Emperatriz Navier.

Tal vez Sovieshu se estaba disculpando por ello.

Rashta movió sus dedos nerviosamente y dijo con frustración,

"Ya nos hemos tomado de la mano antes, ¿no es así?"

"Por supuesto... eso es verdad."

Las esquinas de los ojos del Vizconde Roteschu se curvaron en satisfacción.

"De todas formas, si es por ella, puedes estar tranquila, Rashta. La Emperatriz que se volvió a casar, no volverá."

"A Rashta no le importa la emperatriz depuesta."

"Sí, sí."

"De verdad."

"Bueno. Por otro lado, tampoco tienes que preocuparte de que Su Majestad esté mirando a otras mujeres. Yo me encargaré de todo."

Ante las palabras del Vizconde Roteschu, Rashta cerró los labios y asintió.

"Está bien."

"Ah, vi la revista de chismes, ¿Crees que podrás casarte?"

"Cuida tu boca."

"Por supuesto que lo haré, mi Emperatriz."

Entonces el frívolo y sonriente Vizconde Roteschu extendió sus manos vacías.

Estaba pidiendo dinero otra vez.

Rashta estaba enojado, pero reprimió su ira y le dio las joyas a Roteschu. El Vizconde sonrió y se puso de pie, guardándose las joyas en los bolsillos.

"Entonces, nos veremos en otro momento."

Se dirigió a la puerta para irse, luego de haber conseguido lo que quería.

"Espera."

Rashta lo llamó.

Cuando se detuvo para ver qué estaba pasando, Rashta se acercó a Roteschu y le pidió un favor.

"Necesito que me ayudes a encontrar a una persona."

"¿Una persona? ¿De quién estás hablando?"

"Ella es un poco más joven que yo."

"¿Tiene más o menos la misma edad que Rivetti?"

"No lo sé. Necesito que la encuentres de todas formas. Es la segunda hija de mis padres."

El Vizconde Roteschu miró a Rashta como si le estuviera preguntando si lo decía en serio.

Rashta se disgustó aún más por la mirada de Roteschu, ya estaba enfadada con la idea de encontrar a su hermana falsa.

"Por ahora solo encuentrala."

Rashta se lo pidió repetidamente, y finalmente Roteschu se encogió de hombros.

"Bueno, eso haré. ¿Cómo se llaman exactamente tus padres falsos?"