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lunes, 20 de julio de 2020

No Quiero Ser Amada - Capítulo 62

Capítulo 62. Eres Mi Esposa, Te Protegeré.


Rihannan estaba mirando hacia abajo. Cada vez que Igor mencionaba su nombre con los labios ligeramente curvados, una especie de tristeza brotaba en su corazón enjaulado.

Rara vez la llamaba por su nombre, si es que lo hacía.

"Quiero que me llames por mi nombre también, Rihannan. Igor. Llámame así. ¿Te parece bien?"

Las lágrimas casi habían salido. Su sonrisa despreocupada la llevó de vuelta a su primer encuentro. Los recuerdos dolorosos se habían borrado y sólo quedaba el recuerdo de aquel chico del jardín. Ella esperaba que esto pudiera durar.

"Sí", Rihannan se mordió los labios y respondió.

"Rihannan, sé que estás en una posición difícil y no puedo imaginar cómo te sientes, pero me gustaría dejarte claro que no tengo intención de tratarte como a una rehén. Eres mi esposa, te protegeré de cualquier peligro. No te pongas nerviosa, por favor..."

Su voz sonaba suave. 

Rihannan asintió con la cabeza. Habría sido bueno que él se hubiera comportado de esa manera en su vida pasada. Pero igual estaba satisfecha con esto.

Ella nunca pensó en vengarse de Igor cuando se le dio esta segunda oportunidad en la vida. Ella no era capaz de vengarse. Tampoco quería repetir una vida llena de odio y dolor. No tenía sentido causar sufrimiento a Igor cuando no le había hecho nada en esta vida. Y podría haberle causado a su padre y a Leticia más problemas, pero con echarlos fue suficiente. 

Una vida plagada de venganza nunca ha sido su objetivo, sólo vivir en paz, tranquila y feliz.

No tenía sentido vivir una segunda vida sumida en pensamientos de venganza. Sólo se ahogaría más en la oscuridad. Rihannan no quería esa vida. La vida era corta; ¿Por qué desperdiciarla en la tristeza y la desesperación? 

Y su relación terminaría dentro de un año. Esperaba que esta vida la tratara bien, esperaba que pudieran vivir sin odio.

Luego, cuando su cuerpo estuviera viejo y marchito, le encantaría descansar tranquilamente con la naturaleza, entre las flores silvestres.

Esta era la vida que esperaba vivir; paz y tranquilidad.


***


El carruaje real dejó la mansión una hora después. Una mujer de cabello rojo los observaba desde lejos desde su llegada. Siendo precisos, poco después de su llegada, la mujer se escabulló y se escondió en un lugar apartado. Nada bueno sucedería si se notara su presencia.

Mientras estaba escondida en el oscuro bosque, la mujer vio dos figuras caminando hacia el carruaje. Hablaban afectuosamente como amantes. El aspecto del hombre era hermoso. Era alto, tenía hombros anchos y cabello negro sedoso... con un rostro en perfecta armonía. Parecía el hombre perfecto para ella.

De repente, sus ojos se posaron en una mujer de cabello plateado que estaba cerca. Su rostro se distorsionó repentinamente.

"¿Señora? Señora Leticia..."

Leticia se giró al escuchar una voz que la llamaba por detrás. Era un jinete regordete que la miraba con nerviosismo.

"Tenemos que irnos ahora. Si..."

"¡Está bien, cállate!"

El inquieto jinete no volvió a hablar y Leticia giró de nuevo su cabeza, con la mirada dirigida hacia el carruaje real. La rama que tenía en la mano se rompió.

"Todo es por tu culpa..."

Se formaron lágrimas alrededor de sus ojos.

"Si no fuera por ti... a estas alturas... yo..."

Una voz sollozante se escapó de sus labios. Su mirada estaba llena de resentimiento y odio.

Ella no abandonó el lugar hasta que el carruaje desapareció completamente de su vista.