Reciente

miércoles, 17 de junio de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 190

Capítulo 190. Vestidos De Novia (1)



"Estoy evitando mi propia conciencia."

"¿Sí?"

Heinley no parecía entender mis palabras. Ciertamente, no podía entender lo que estaba diciendo.

'Pero honestamente, no podía decirle que estaba evitando la parte inferior de su cuerpo.'

Al final, nuestra conversación terminó torpemente después de solo intercambiar historias sobre el Gran Duque Kapmen.

"Entonces, ¿te parece bien llamar al Gran Duque?"

"Por supuesto."

"Gracias."

Heinley parecía querer preguntarme algo. Yo también tenía preguntas que quería hacerle. Pero nos separamos torpemente, sin revelar nuestros verdaderos sentimientos al otro.

"Vámonos, Señorita Rose."

"Pensé que se quedaría un poco más."

"No tenía mucho que decir."

Rose tenía una mirada de asombro, como si pensara que salí demasiado pronto.

En cierta forma, muchas personas del Reino Occidental creen que Heinley y yo somos la pareja de enamorados del siglo.

Dije algo que pareció dar a entender esto delante de un reportero el otro día...

Pero en lugar de entrometerse, dijo con una sonrisa.

"No tienes por qué contármelo, ¿verdad?"

Luego caminé junto a ella, tranquilamente. Sin embargo, cuando dejamos el palacio principal y nos dirigíamos al anexo, vi a Christa de pie en una esquina del camino. Detrás de Christa estaba la dama de compañía, que había escuchado las palabras de Sir April. Tan pronto como la vi, me di cuenta que estaba aquí para hablar de eso.

"Por casualidad, ¿me estabas esperando?"

Me acerqué a Christa y le pregunté.

No parecía ser una simple coincidencia que Christa, que se había ido antes que yo, estuviera cerca del anexo.

"Sí, te he estado esperando para decirte algo."

"¿Qué?"

"Escuché que uno de tus hombres insultó a mi dama de compañía."

Lo sabía. Christa me estaba esperando para hablar en defensa de su dama de compañía.

Christa dijo en voz baja pero con firmeza.

"Por favor, no permita que esto vuelva a suceder en el futuro."

A pesar de su petición, su actitud no fue tímida. El hecho de que su petición fuera en defensa de su propia gente la hizo ver muy bien.

De repente, me sentí mal.

No puedo evitar sentir que hace peticiones un poco incómodas, pero... su actitud de cuidar y proteger a su gente es realmente maravillosa.

Si no hubiéramos tenido una relación en la que tuviéramos que competir por el poder, nos habríamos llevado bien.

Pero incluso si me gustaba su actitud, tenía que darle una respuesta clara y firme.

"Sir April no es uno de mis hombres, sino de Su Majestad el Rey. Así que tal petición, tendrías que hacérsela a él."

***

Después de mi encuentro con Christa.

Comencé a pensar en una dirección ligeramente diferente.

Christa se preocupa por su gente, además es noble y digna. Debe haber tenido muchas personas talentosas a su alrededor.

Es más o menos de mi misma edad, así que la mayoría de las mujeres nobles que querría tener como mis damas de compañía deben haber sido tomadas por ella.

Bajo estas circunstancias, estaba claro que el plan de tomarme un tiempo para observar los círculos sociales del Reino Occidental y elegir a alguien para que fuera mi dama de compañía no iba a ser tan efectivo.

Estoy segura de que Christa ya tomó a todas aquellas que podrían ser damas de compañía de la reina.

Incluso si quedaban unas pocas, había una alta posibilidad de que tales personas no estuvieran interesadas en ser damas de compañía desde un principio, o que se llevaran bien con las damas de compañía de Christa.

Así que yo... no tengo más remedio que aventurarme.

"¿Puedes entregarle a la Señorita Mastas una carta para que sea mi dama de compañía?"

Rose preguntó avergonzada cuando de repente saqué el nombre de Mastas, después de haber estado más de una hora en mi habitación luego de encontrarme con Christa.

"¿Sir Mastas?"

"Sí, estoy pensando en traerla como mi dama de compañía."

"Pero, Su Majestad. Como ha podido ver, esa joven no es apta para el puesto de dama de compañía."

"Por eso tengo la intención de traerla."

"¿?"

"No creo que Christa se haya arriesgado a que sus manos se quemaran." 

"¡!"

"Ahora que lo pienso, ¿puedo hacerle una pregunta, Señorita Rose?"

"Oh. Sí. Pregúnteme lo que sea."

"La Señorita Rose es inteligente y tiene modales perfectos. ¿Por qué no fue la dama de compañía de Christa...?"

Rose era una excelente dama de compañía.

Es una dama noble cortés, inteligente y digna.

Originalmente, pedí a Rose como dama de compañía con el propósito de apaciguar a Yunim, pero ahora estaba realmente encariñada con ella. 

Así que era extraño. ¿Por qué Christa no tomó a Rose como dama de compañía?

"Porque de repente me está halagando. Bueno, eso es un poco embarazoso."

Rose se rió torpemente, se rascó la nariz y confesó avergonzada.

"En primer lugar nunca me ofreció ser su dama de compañía, bueno... creo que es porque Sir Yunim es uno de los hombres de Heinley."

"¿Sir Yunim no era un caballero de la guardia real antes?"

"Era un caballero de la guardia real, pero... no era el líder."

Rose cerró la boca, avergonzada, después de hablar.

El rey en ese momento era el hermano mayor de Heinley. El caballero de la Guardia Real que protegía al anterior rey, era uno de los hombres de Heinley. Parecía avergonzada al intentar decirlo.

En lugar de preguntar más, sonreí y le tomé la mano.

"Es un alivio. Me gusta mucho la Señorita Rose."

Rose abrió los ojos de par en par y susurró, sonriendo tímidamente.

"De hecho... yo igual, me gusta mucho Su Majestad la Reina."

***

Al día siguiente, alrededor de las 11 de la mañana.

Mastas vino a mi habitación con una gran sonrisa, quizá porque recibió la carta.

"¡Su Majestad!"

Hizo un gesto de saludo con una mano, y la bajó suavemente cuando Rose la miró con ojos agudos.

Pero seguía sonriendo, como siempre. Era una joven verdaderamente alegre.

No obstante, no era la única visita.

"Oh, Su Majestad, me la encontré en el camino."

Dicho esto, Mastas entró rápidamente en la habitación y se hizo a un lado, después de lo cual pude ver a gente con grandes cajas en fila.

"Su Majestad, encantada de conocerla. Soy McLinnan, la mejor diseñadora del Reino Occidental."

La miré, preguntándome quién era, y la persona que estaba delante de mí se presentó con un gran calificativo, rebuscó en su bolsa, y sacó una revista.

Mastas me entregó la revista. Cuando la abrí, la tercera página de la revista contenía un retrato de su cara, su nombre y el nombre de su tienda.

Con el calificativo de... la mejor.

Vacilando, sonrió y preguntó con la misma expresión que en el retrato.

"Su Majestad Heinley me ordenó confeccionar su vestido de novia, un vestido de recepción y algunos otros vestidos. ¿Si no le importa, puedo entrar?"

"Adelante."

Cuando le concedí el permiso, la diseñadora McLinnan entró, seguida de una sucesión de personas con cajas.

Además de las cajas, había también un perchero con ruedas cubierto con una gran tela.

La diseñadora McLinnan juntó las manos y se las frotó, mirándome de arriba abajo, y luego dijo con una sonrisa.

"Bien, muy bien."

"¿?"

"Tengo instrucciones de hacer el vestido de novia más glamuroso y brillante. Me preocupa un poco la impresión que cause en las personas si el vestido es demasiado llamativo. Sin embargo, creo que Su Majestad la Reina puede manejarlo."

Con una sonrisa que hizo que su boca se viera más larga, abrió una de sus cajas y sacó cinco gruesos álbumes, gritando con confianza.

"¡Te haré un vestido glamuroso y brillante!"

***

En el momento en que Navier miraba los diseños de la diseñadora.

Casualmente, Rashta también estaba conversando con una diseñadora enviada por Sovieshu.

Pero la atmósfera era un poco diferente.

"¿Quieres que me vista lo más sencilla posible?"

Rashta preguntó a la diseñadora repetidamente, desconcertada.

"Es la boda de Rashta, ¿no?"

Según me dijo el Barón Lant, Su Majestad ha dicho que tendrá la boda más grandiosa posible. 

Ella tenía todo tipo de imaginaciones sobre qué vestido llevar. Le resultó incómodo que una diseñadora la visitara y le dijera que debía vestirse lo más sencilla posible.

"¿Por qué?"

"Su Majestad me pidió que confeccionara un vestido que le quedara muy bien a la Señorita Rashta."

"Entonces, ¿eso significa que a Rashta no le queda bien algo glamuroso y hermoso?"

Cuando Rashta le preguntó con lágrimas en los ojos, la diseñadora se puso nerviosa y agitó su mano apresuradamente.

"Eso no es lo que quise decir."

"Así es como suena para Rashta."

"No, no es por eso, es por que la Señorita Rashta es popular entre los plebeyos."

"Eso no significa que me gusten todas las cosas sencillas."

"Así es, pero la boda será increíblemente glamurosa, y si el vestido también lo es, entonces será... será  diferente de la imagen que ellos esperan de la Señorita Rashta."

"Si la boda es glamurosa, y el vestido es sencillo, entonces Rashta será enterrada."

Rashta refutó las palabras de la diseñadora.