'Debo haber escrito la dirección equivocada. ¿Fue devuelto, por eso? Sin embargo, la distancia desde Sorrent, donde estoy, hasta la capital de Tezeba, tarda unos cinco días en ir y venir, incluso con el servicio de entrega más rápido'.
'¿Qué ha pasado?'
'Sin duda, puse al dragón en una jaula y aseguré su cerradura para que no se abriera. Incluso si se abría...'
Noah miró hacia abajo y observó las delgadas alas revoloteando del bebé dragón.
'Esta cosa apenas puede caminar correctamente, ¿Cuánto puede volar?' Parecía que algo había salido mal, y el paquete fue devuelto antes de que llegara a la capital.
Aún así, se preguntó cómo entró el bebé dragón en su casa. Pensó que quizás la puerta estaba abierta.
Agotado, Noah trató de aclarar su mente con las preguntas inquietantes y amablemente le dio una palmadita en la cabeza del dragón. "No te preocupes, me aseguraré de que vuelvas con tu legítima madre."
Después de hurgar en su almacén, Noah sacó una jaula costosa y de calidad; que es más grande, más suave y más fuerte. También agarró un biberón, lo lavó y lo llenó con leche tibia para aliviar el hambre del bebé dragón en el camino.
"Sí, ¿Esta es la oficina de correos?"
Noah encendió el teléfono y se comunicó con la oficina de correos. Solicitó un servicio de entrega urgente de primera calidad con una tarifa del doble del precio. La dirección del envío fue confirmada correctamente esta vez:
La capital, Tezeba, número 35 en Ezet, la Condesa Valtalere.
"¡Keee!" La jaula tembló cuando el dragón se retorció y giró en su interior. Noah no tenía ni idea.
"¡Bebé! ¡Sólo un poco! ¡Aguanta!"
El dragón se lamentó.
"¡Esta vez, estarás en la capital en dos días! ¿Entiendes?"
Las lágrimas brotaron en los oscuros y rojos ojos del bebé dragón. Su corazón se hundió al verlo. Noah dudó por un tiempo pero finalmente abrió la tapa de la jaula ligeramente.
"Esto es algo que atesoro, y te lo estoy dando."
Noah puso su gorro de dormir en la cabeza del dragón, le dio el biberón y cerró la jaula.
'Adiós, mi gorro de dormir de edición limitada. Adiós, dulce niño que casi interrumpe mi pacífica vida. ¡Ve con tu madre y crece lleno de amor!'
***
A la mañana siguiente, Noah se despertó de buen humor, satisfecha. El dragón se ha ido; la paz y la tranquilidad permanecen. Tarareó mientras caminaba a la cocina y se preparó una taza de té.
Ella pensaba que hoy sería otro día de paz, casi saltaba de alegría. Hasta que se escuchó un clonk desde la ventana.
Ahí descubrió al pequeño dragón, entrando a escondidas.
De nuevo, el dragón fue enviado. No fue hasta la tercera vez que Eleonora se dio cuenta de que el maldito pequeño dragón no tenía intención de dejarla.
'No creo que tengo que ir hasta la protagonista yo misma. No sé lo que este dragón hizo, pero debe haber destruido la jaula y volado hasta este lugar'.
Para entonces, Eleonora, que al principio se mostraba dulce, se volvió más hostil hacia el dragón.
"Hola, dragón." Le habló al pequeño dragón que se había establecido frente a la chimenea.
La inteligente criatura fingió no escucharla, ahora que sabía que volvería a estar en una jaula de nuevo.
El dragón había crecido inmensamente durante sólo un par de días. Ayer mismo, habían cambiado sus antebrazos; incluso sus alas también cambiaron de una apariencia de vinilo a unas alas rígidas como el acero.
'¿Los dragones crecen tan rápido?' se preguntó.
La bruja se puso más ansiosa.
Según la novela, cuando un dragón alcanza el período de incubación, comienza a desarrollar un apego a los seres humanos. Entre ellos, encuentra a su humano favorito y hace lo que llama 'registro'. El registro es un proceso esencial para que los dragones, seres de otros mundos, existan correctamente en la tierra.
Obviamente, por lo que ha leído, la heroína, Lenia, hace una promesa personal con el dragón en el plazo de un mes después del nacimiento del dragón. Y el dragón, marcando el huésped, se humaniza como un niño.
'Un mes. En realidad, es tiempo suficiente para enviarlo de vuelta o lo que sea. ¿Pero por qué estoy tan ansiosa?'
Hoy, hay una cosa que es completamente diferente de los últimos cinco días.
"¡Eh!"
Un niño con cabello negro rizado y ojos rojo oscuro caminó hacia mí. Era un niño pequeño que ahora tiene unos dos o tres años.
'¿Qué demonios?'