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miércoles, 20 de mayo de 2020

I Raised A Black Dragon - Capítulo 17

Capítulo 17. ¿Te Gustaría Ser Mi Mayordomo?


'Si existiera el cielo, ¿Sería así?'

Park Noah tarareó, saltando con deleite por su dormitorio, saboreando el dulce aroma de la mantequilla que venía de la cocina.

'Esto es el paraíso. ¿Por qué nadie me dijo que semejante paraíso existe en la tierra?'

La estrategia de Kyle Leonard para restaurar el maná de la bruja funcionó según lo planeado. Cuando ella se despertaba por la mañana, el investigador, que ahora se ha convertido en mayordomo, ya estaba en el umbral de su habitación con los ojos entrecerrados y los brazos cruzados.

'Es hora de despertarse, dama'. Solía decir, y arrastraba a Park Noah fuera de su cama en medio de sus lloriqueos. Kyle Leonard la acompañaba al baño; la bañera ya estaba llena de agua tibia.

Hoy no fue diferente. Después de bañarse, Park Noah se vistió y bajó las escaleras emocionada, con un modesto desayuno preparado para darle la bienvenida.

'Dios, nunca he tenido tanto lujo'.

Los desayunos consisten en una comida sencilla para no agobiar el estómago. Hoy fue pan tostado, cubierto con mantequilla y huevo, acompañado de tocino crujiente, lechuga fresca, tomates, además de una taza de leche caliente. Para la porción del niño, la tostada estaba cortada en un trozo más pequeño.

Mientras Park Noah saboreaba su desayuno, Kyle Leonard limpiaba la casa sin dejar ningún grano de polvo.

Después de observarlo por unos días, Park Noah comenzó a pensar que su obsesión por la limpieza se estaba volviendo molesta. Afortunadamente, no parece que Kyle Leonard se lave las manos cuando toca a una persona, sin embargo, sus manos no pueden permanecer quietas a menos que la casa esté en las mismas condiciones que recuerda.

"Limpieza perfecta. Es una de las reglas básicas del estilo de vida. En ese sentido, la dama me parece una persona que le gusta andar sucia."

"No soy como piensas. Me lavé todos los días antes de que vinieras." Park Noah respondió, disgustada por su comentario.

"Sólo porque te sientas limpia no significa que lo estés realmente. ¿Qué sentido tiene estar limpia cuando estás rodeada de polvo y suciedad? Incluso los cisnes parecen cuervos en el barro, pero dama..." Kyle Leonard habló con desprecio. Por otro lado, Park Noah simplemente sacudió la cabeza y continuó deleitándose con su desayuno.

'Lo que sea. No me aferré a la pierna de ese tipo y le pedí que limpiara mi casa. Él es el que decidió quedarse, insistiendo en que es esencial para la investigación'.

Park Noah le recordaba continuamente que no tenía que hacer las tareas, pero Kyle Leonard simplemente la ignoraba. De hecho, después de experimentar el lujo por unos días, Noah pensó en hacer que el investigador se fuera, porque era una molestia no sólo con su investigación sino también en las tareas domésticas.

Noah sonrió mientras soñaba despierta con el cansado Kyle Leonard abandonando su investigación y devolviéndole una vez más su paz.

'Espera. He tenido un estilo de vida lujosa por culpa de esta comadreja. ¿Qué tal si trato de seducirlo? La trama original de la novela ya está arruinada de todos modos'.

'Bueno, guapo, ¿Te gustaría ser mi mayordomo en su lugar?'

Su sueño pronto terminó cuando la voz condescendiente de Kyle Leonard sonó. "Hoy vamos a limpiar el segundo piso. No puedo esperar para comprobar lo sucio que está ese lugar."

Enfurecida, Park Noah lo miró fijamente mientras abría las cortinas, revelando la luz del día.

'Desearía poder hacer algo con esa boca tan vulgar que tiene. Oh, cómo deseo estrangularlo. Pensar que incluso contemplé la posibilidad de seducir a ese bastardo de corazón frío. ¡Qué absurdo!' Ella sacudió la cabeza, desechando la idea que tenía hace un rato.

Mientras tanto, el niño ya se había despertado y estaba sentado en la mesa, mordisqueando su tostada. Park Noah sonrió al verlo. "Mi pequeño, ¿Ya puedes comer una tostada?"

"Puedo comerme todo." El niño respondió, sus ojos se fijaron en la tostada que estaba en sus pequeñas manos.

"¡Guao, eso es genial!" Noah deliberadamente felicitó al niño recordando que cada vez que lo elogiara, su cara se pondría roja. Con el investigador alrededor, la atmósfera se agravaba y la sonrisa del niño era su único consuelo, su rayo de sol.