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sábado, 11 de abril de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 99

Capítulo 99. ¡No Puede Ser De La Familia Real! (2)



Al mismo tiempo que la sirvienta consolaba a Rashta, Alan derramaba lágrimas en asombro de haberse cruzado con su anterior amor.

Había oído hablar de la concubina del emperador llamada Rashta en una reunión social después de su llegada a la capital, pero en aquel momento no creyó que fuese la misma que conocía. Ahora él se encontraba en un lugar diferente, y un esclavo no podía conocer al emperador. No obstante, asistió a la fiesta cuando escuchó las similitudes de color de ojos y de cabello. Cuando descubrió que la concubina del Emperador era de hecho su anterior amor, su corazón latió violentamente.

"Padre, ¿lo sabías?"

Tan pronto como Alan logró recomponerse, regresó a la mansión para hablar con el Vizconde Roteschu, encontrándolo inspeccionando el interior de la mansión con las manos detrás de la espalda. Cuando su hijo lo confrontó con la pregunta, él murmuró "¿De qué estás hablando?" Pero sus ojos no se apartaron del magnífico mural.

"La concubina del Emperador, Rashta, es la Rashta que conocemos."

El Vizconde frunció el ceño y miró a su hijo. Vio los labios temblorosos de Alan, y chasqueó la lengua inmediatamente.

"¿Fuiste al banquete del palacio? Cuando vi que la tarjeta de invitación había desaparecido pensé que había sido Rivetti."

Roteschu no se veía para nada sorprendido del hecho de que Rashta fuera la concubina del Emperador y los ojos de Alan se agrandaron.

"¿Lo sabías?"

Alan creyó que su padre estaría tan impactado como él, pero portaba un aire de total despreocupación. Su padre se acarició la barba con una mano y apuntó a un sillón con otra mano.

"Siéntate."

Cuando Alan se sentó en el sillón indicado, el Vizconde Roteschu continuó.

"La verdad, fuimos capaces de venir aquí a la capital debido a Rashta."

"¿Qué?"

Miró a su padre estupefacto.

"¿Por qué Rashta? Ah, es porque..."

Debe haberla impactado enterarse que su hijo sobrevivió. Alan asintió ante su propia conclusión, pero el vizconde habló con severidad.

"No puedo darte los detalles."

"¿Qué? ¿Por qué?"

"Actúa como si no la conocieras."

"Pero Padre. Si Rashta está a salvo, tienes que contarme todo sobre ella."

Alan intentó protestar, pero el Vizconde Roteschu se mostró indiferente.

"Como habrás oído, el Emperador está profundamente enamorado de Rashta."

"¡!"

"Eso significa que, si te descubren junto a Rashta, podrías ser incriminado. ¿Lo entiendes?"

"..."

"Así que cuida tus palabras. Pretende que no la conoces en absoluto."

"Pero padre..."

"Padre se hará cargo de todo."

***

Fue el día después de la fiesta, cuando mi hermano y su amigo, el Marqués Farang, vinieron a visitarme.

"¿Salimos a caminar, Navier?"

Estaba atenta esperando que mi hermano causara un incidente en cualquier momento, pero sorpresivamente se mantuvo tranquilo durante nuestro paseo. Aunque anduvimos por uno de los senderos del palacio por más de una hora y media, no mencionó a Rashta ni a su bebé.

"¿Descansaste bien en casa? Es agradable estar de vuelta después de mucho tiempo, ¿no?"

"Muy cómodo. Hubiera sido mejor si tu hubieras estado ahí."

"Iré a verte cuando pueda."

"No es necesario, estoy aquí para visitarte."

"¿Es así? Ah. ¿Marqués Farang? ¿Cómo se encuentra en estos días?"

"Tu hermano me fastidia cada vez más."

Mi hermano entrecerró los ojos ante la respuesta del Marqués. No obstante, el Marqués Farang sonrió traviesamente y siguió actuando torturado a causa de mi hermano.

"Parecen llevarse bien."

"Koshar tiene cualidades deficientes por todas partes, pero ha tenido la suerte de encontrar buenos amigos. Como yo, o usted, Su Majestad."

Mientras los observaba, recordé mi niñez y sonreí. Había sido de ese modo por mucho tiempo. Era bueno verlo ser tan sincero incluso después de haber crecido.

Justo cuando entrábamos en el camino hacia el palacio del este, vi a Rashta apoyada contra una pared de piedra. Mis pasos se detuvieron, y mi hermano me preguntó qué pasaba.

Tenía dos ideas acerca de cómo lidiar con esto: parte de mí quería seguir avanzando, mientras otra quería darse la vuelta y tomar otro camino. Si me daba la vuelta, se vería como que la estaba evitando y mi orgullo se vería dañado. Sin embargo, me sentía intranquila, sin saber qué haría mi hermano al verla.

Antes de que pudiese decidir, ella nos miró sorprendida y se acercó. Mi hermano no la reconoció al comienzo. Si lo hubiese hecho, la habría identificado como la villana que atormentaba a su hermana, pero era justo decir que en ese momento se veía tan hermosa como un hada.

"Su Majestad, Rashta tiene algo que decirle."

Solo después de que Rashta reveló su nombre, la expresión de mi hermano se convirtió en algo más terrible. Ella miró a Koshar y levantó sus cejas, quizá sorprendida de que mi hermano y yo nos pareciésemos tanto. En lugar de saludarlo individualmente, continuó.

"Escuché que es algo muy malo que le haya dado una espada a Rashta, Su Majestad."

Suspiré, no a causa de sus palabras, sino a causa de la situación. No quería tener una discusión con Rashta frente a mi hermano y el Marqués Farang, pero tampoco quería darme la vuelta por sus acusaciones. Si lo hacía, mi hermano se enojaría incluso más, y los demás pensarían que la influencia de Rashta era mucho más grande de lo que realmente era.

"No es un mal regalo para alguien que no es codicioso, ¿cierto?"

Respondí con una voz fría, pero Rashta me respondió con firmeza.

"No. Sin importar si alguien es codicioso o no, es malo. Y usted se burló de Rashta en frente de todos."

A pesar de su voz clara, se la veía infeliz. Se detuvo y respiró profundamente, y puso una mano sobre su pecho.

"Pero Rashta decidió soportar el insulto de Su Majestad. Incluso si continúa riéndose, odiando e ignorando a Rashta, Rashta lo resistirá."

"¿Te avergüenza de la verdad? Debes tener una muy alta opinión de ti misma."

"Rashta es la mujer que el emperador ama. Si Rashta no se valora a sí misma, sería descortés con Su Majestad."

"¿Tu valor existe solo mientras seas amada por el Emperador?"

"¡!"

Una expresión de melancolía cubrió el rostro de Rashta.

"Sin importar lo que diga, Rashta lo soportará todo. Por el bien del futuro niño, Rashta no desea pelear con la Emperatriz..."

"¿Qué quieres decir?"

¿Pensó que dañaría a su futuro hijo? Un sentimiento desagradable comenzó a surgir en mí, pero las palabras de Rashta me impactaron incluso más.

"El Emperador me lo dijo. Es probable que la Emperatriz sea estéril, así que será la madrastra de los bebés de Rashta."