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domingo, 5 de abril de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 67

Capítulo 67. Fondo Ilícito (2)




Habían pasado unas dos horas desde que llegué al palacio central a trabajar. Mis ojos estaban palpitando, y salí a tomarme un momento de descanso. Cuando puse un pie afuera, vi a Rashta agachada en el pasto, mirando al suelo. Tal vez escuchó la puerta abrirse, entonces miró a su alrededor y dijo "Ah" tan pronto como me vio. Se acercó e hizo una reverencia.

"Bueno... Su Majestad. Si no le molesta, ¿tiene unos minutos?"

"Adelante."

"Yo..."

Rashta miró a su alrededor. Como acababa de salir de la oficina, había guardias alrededor del edificio, además de Sir Artina de pie justo detrás de mí. Rashta parecía querer hablar a solas, pero el caballero no tenía ninguna intención de irse. Le di una mirada implícita, y dio unos pasos hacia atrás. Sin embargo, cuando Rashta habló, fue con un susurro.

"Su Majestad, escuché que las concubinas reciben una subvención..."

"Eso es correcto."

"¿Cuánto es?"

"Cerca de treinta mil krangs al año."

Los ojos de Rashta se expandieron, era más dinero del que ella esperaba.

"¿E-En serio?"

Asentí, y ella cubrió su boca con ambas manos. Sin embargo, su expresión se veía melancólica cuando habló nuevamente.

"¿Cuándo podré recibirla?"

"A principios del próximo mes. ¿Por qué? ¿Necesitas el dinero ahora?"

Sabía que Sovieshu estaba manteniéndola por el momento, pero le pregunté de todas maneras. Rashta negó con la cabeza y juntó sus manos. Las palabras parecían atrapadas en su garganta, pero después de un par de intentos fue capaz de forzarlas a salir.

"Bueno... Su Majestad. ¿Lleva un registro de todo el dinero que le da a Rashta?"

"Yo llevo los libros."

No solo aparecería en los registros contables, sino en los registros históricos, donde las generaciones futuras podrían leerlo. Sin embargo, no me molesté en mencionar esto. Rashta dudó de nuevo antes de hablar.

"Entonces.... Su Majestad. Ayer, el Emperador dijo que el dinero de Rashta sería administrado por el Barón Lant."

"¿Es cierto eso?"

"Sí, bueno. Quiero decir— parte de ese dinero... ¿puedes dárselo a Rashta por separado?"

"¿Por separado?"

¿Ella tenía miedo de que el Barón Lant controlara sus gastos?

"Aunque el Barón Lant esté a cargo del dinero, sigue siendo tuyo. Si estás preocupada de que sea combinado con el dinero de Sovieshu, no tienes de qué preocuparte."

"No, no es eso...pero si me das quince mil de los treinta mil krangs— o al menos diez mil— y no lo registras...¿es posible eso? Escuché que hay muchas situaciones de doble contabilidad..."

¿Estaba intentando crear un fondo ilícito? No era nada bueno, pero tampoco era algo imposible. Sonaba como si solamente estuviera intentando dividir lo que tenía. Pero no era asunto mío.

"Deberías recibir la autorización del Emperador primero."

"Escuché que la Emperatriz es la que se hace cargo del dinero..."

"Pero el Emperador maneja todo lo que tiene que ver contigo. Pregúntale tú misma acerca de este asunto."

Los ojos de Rashta se desviaron en vergüenza. Se murmuró algo a sí misma, y se fue.

***

"¿Por qué la cara larga?"

Cuando el Duque Elgy notó la expresión de Rashta al entrar en la habitación, soltó una carcajada.

Las mejillas de Rashta estaban infladas y rojas, y ella abrazó su almohada con más fuerza. Su expresión no lo iluminaba todo como solía hacerlo cuando veía al Duque Elgy.

Sintiendo que algo debió haber sucedido, el Duque Elgy tomó una silla cercana y observó a Rashta. Con la vista de sus cabellos plateados cayendo en delicados mechones por la almohada, era realmente una belleza irresistible para un emperador— incluso cuando estaba haciendo berrinches.

"La Emperatriz es tan fría."

"¿Fría? ¿Tuvieron una pelea?"

"¿Puedo pelear en mi situación?"

"La Emperatriz no es de las que dan un paso al frente e inician una pelea."

"¿Conoces a la Emperatriz?"

"Juzgo bien las personalidades de la gente. No en detalle, pero hago una buena estimación."

"Entonces, ¿el Duque dice que la Emperatriz tiene una buena personalidad, incapaz de comenzar una pelea?"

"No diría que tiene una buena personalidad... o que es fría, como dijiste. ¿Cómo lo explico? Actúa como una emperatriz, piensa como una emperatriz y habla como una emperatriz."

El Duque Elgy asintió mientras recordaba a la mujer con la que se había encontrado dos veces. Navier era el estereotipo perfecto de una emperatriz. De acuerdo con sus fuentes, había seguido a la emperatriz anterior desde temprana edad y había recibido lecciones de su parte. Navier había sido formada con el mismo molde.

"Lo que te parezca bondad, en realidad, es ella dibujando una línea entre ella misma y los demás."

"¿Sabes eso con solo haberla visto brevemente?"

"No fue breve. Estuve observándola en la fiesta del té. Pero, ¿qué es realmente lo que está sucediendo?"

"..."

Rashta dudó y miró al Duque Elgy a los ojos. El Duque rió suavemente con una mano descansando en su espalda.

"No tienes que hablar si no quieres."

Rashta hizo una pausa, pero sabía que él era la persona en la que más confiaba en el mundo. La ayudó en sus tiempos más difíciles y la protegió de la mala lengua de los nobles. Al final, ella decidió confesar.

"Le pregunté si podía darme algo de dinero sin registrarlo en los libros."

El Duque Elgy dejó escapar una risa.

"¿Qué? ¿Por qué?"

"Necesito dinero..."

"¿Hay algo que desees? Díselo al Emperador, el haría lo que fuera por ti."

"No puedo."

"¿Entonces?"

"No lo sé, pero estoy molesta. El Emperador le ordenó al Barón Lant que administrara el dinero, y no puedo usarlo."

¿Por qué no podría usar el dinero que alguien más estaba administrando? El Duque Elgy notó que Rashta no estaba diciendo nada. En vez de preguntar al respecto, aportó su propia sugerencia.

"Si necesitas el dinero, podría prestártelo."

"¿Mi Señor?"

"Soy bastante adinerado."

Añadió un malicioso "¿Y bien?"

"Pero..."

"Redactaré el préstamo con el monto exacto. ¿Por qué no lo hacemos?"

"Incluso si me prestas el dinero ahora, tendré que decírselo al Barón Lant cuando tenga que devolvértelo. Es lo mismo. ¡Sería sospechoso si se enterara que pedí dinero prestado!"

"El Barón Lant no lo administrará para siempre. Después de algunos años lo harás tu misma, ¿cierto?"

"Eso es cierto, pero..."

Sovieshu había sugerido que le permitiría administrar su subvención después de que hubiese aprendido gestión financiera. Si ella estudiaba duro y ocultaba el hecho de que estaba pagándole al Vizconde Roteschu, la supervisión del Barón Lant podría ser removida después de un año o dos.

"¿Por qué no redactamos el préstamo? No volveré a pedirte el dinero por cinco años."

"Bueno..."

"En cambio."

"¿?"

"Hay una condición."

"¿Pagar intereses?"

El Duque Elgy rió y negó con su mano.

"¿Qué sería el interés entre amigos? Solo tendrás que pagarme el monto del préstamo."

Rashta sabía que algunas personas terminaban como esclavas cuando fallaban en pagar sus deudas o terminaban en bancarrota. Ella sabía lo peligroso que era pedir prestado dinero con un alto interés, y se sintió aliviada de que el Duque Elgy no le hubiera pedido eso.

"Entonces, ¿cuál es la condición?"

"¿Puedes decirme para qué necesitas el dinero?"

"¿...Qué?"

"Tendré que detenerte si considero que estás siendo estafada."

"¿Estafada?"

"No creo que haya una buena razón detrás del hecho de gastar dinero a escondidas del Emperador. Si resulta que estás invirtiendo en una estafa, deberías detenerte."

Parecía estar bromeando, pero había una preocupación genuina en su voz. Rashta miró al Duque Elgy por un momento. Se preguntó si seguiría ayudándola al saber toda la verdad, pero no era necesario tomar ese riesgo si la situación era estable.

Pero Rashta necesitaba a alguien que la ayudara inmediatamente. Alguien que conociera su situación y no se burlara de ella, sino que la tratara con compasión. Ahora mismo, la única persona que entraba dentro de ese perfil era el Duque. Aunque el Emperador la había aceptado sabiendo que era una esclava fugitiva, su relación con él era diferente de la que tenía con este hombre. Con el Emperador, era amor, pero con el duque, era amistad. El amor podía causar decepción y rechazo. La amistad era comprensiva, complementaria, implicaba apoyo...

Rashta tragó nerviosamente.

"En realidad..."