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viernes, 3 de abril de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 58

Capítulo 58. La Advertencia Del Duque Elgy (1)



Cuanto más fuerte es la luz, más visibles son las sombras.

La Duquesa Tuania había reinado como un pilar de la alta sociedad durante veinte años, y como tal había acumulado muchos enemigos. Sin embargo, con todos sus laureles y reputación, incluso ellos no podían hablar mal de ella. Permanecían callados, pero siempre estaban ansiosos por hablar sobre sus fallas.

Los comentarios de Rashta frente a la Duquesa Tuania ayer por la tarde les habían dado las municiones que necesitaban. Los que en secreto odiaban a la duquesa se reunieron en la sala de recepción de Rashta para reír y cotillear.

"En realidad, la Señorita Rashta se quejó un poco después de escuchar las palabras de la Duquesa Tuania."

"Para ser honesto, ¿realmente tiene solo cinco amantes? ¿Cuántos hombres la persiguen? ¿Son todos amores no correspondidos?"

"La duquesa sale mucho."

"La verdadera emperatriz siempre se sienta en silencio, mientras que la Duquesa Tuania siempre levanta la cabeza como si fuera la reina de la sociedad."

Para ellos, Rashta era como un escudo— alguien que podía hablar abiertamente y mal contra la Duquesa Tuania, pero que no sería ignorada por la sociedad. Todo lo que tenían que hacer era transmitir sus comentarios maliciosos detrás del escudo que ella les proveía.

"Rashta solo dijo lo que escuchó..."

"Para ser honesto, los rumores han estado circulando por un tiempo. No podía hablar de ellos porque no tenía las palabras correctas y tenía miedo de ser atrapado por los seguidores de la duquesa."

"¿No son extraños esos seguidores también?"

Los nobles susurraron con Rashta metida en el medio, y no fue sino hasta tres o cuatro horas después que se levantaron.

"¿Cómo le fue a Rashta?"

Tan pronto como se fueron, Rashta se acercó al Duque Elgy, que había estado observando la conversación desde el costado. Él sonrió, bajando los ojos.

"Bien hecho, Señorita."

Rashta retorció su cuerpo de un lado a otro ante su cumplido.

"¿Esta bien?"

"Sí. Buen comienzo."

"Pero... ¿la gente se alejará de la Duquesa Tuania?"

"No, no demasiado por el momento."

"?"

"Ahora mismo, solo se dirán algunas quejas, avivando las cosas."

"Oh... entonces, ¿qué debo hacer ahora?"

Cuando el Duque Elgy miró la expresión ingenua de Rashta, se echó a reír y se levantó de la silla.

"Puedes hacerlo todo por ti misma de ahora en adelante, ¿verdad?"

"A Rashta no le gusta esto—"

"Como dije, señorita."

Se acercó a Rashta, luego se inclinó y le susurró al oído.

"Eres linda, pero ya te dije que es difícil engañarme en áreas como esta."

"Tch."

Rashta le lanzó una mirada de odio, y el duque Elgy se rió entre dientes.

"No te estoy insultando, así que no te enojes."

Rashta hizo un puchero y arqueó las cejas. El duque abrió la puerta de la sala de recepción y salió al pasillo.

"¿A dónde vas?"

Rashta corrió a su lado; él se giró y sacudió la cabeza.

"Saldré por un tiempo. No tienes que venir. No voy a dar un paseo."

"¿A dónde vas?"

"Solo... espera."

***

Alrededor de cuatro a seis veces al año se realizaba un baile público masivo, un evento al que incluso los plebeyos podían asistir. Estaba en medio de una larga conversación con el ministro de cultura para decidir la fecha.

Me excusé apresuradamente para ir al baño, y salí de la oficina por un momento para aliviar mis ojos cansados.

'Voy a dar un paseo.'

Miré por el largo pasillo y comencé a caminar lentamente, esperando relajarme. Sin embargo, después de solo unos pocos pasos, noté que el Duque Elgy se apoyaba en un pilar no muy lejos. ¿Por qué estaba parado ahí? Cuando me detuve y lo miré, él sonrió y se enderezó para inclinarse ante mí.

"He estado esperando aquí por tres horas. Debes estar muy ocupada."

Su cabello ondulado y dorado se balanceaba junto con su lazo. Me volví aún más curiosa— ¿esperó tres horas solamente para verme? Traté de recordar si tenía una reunión preestablecida conmigo. Si fuera urgente, debería haber enviado a alguien para dar un informe...”

"¿Como puedo ayudarte?"

El Duque Elgy sonrió y murmuró, "Ah. Directo al punto principal."

"Muy bien. Rápido ¿Sabes que soy amigo de Heinley?”

"Lo he oído."

"Ya lo has oído."

"..."

"Lo oíste."

¿Qué demonios ha venido a decir? El Duque Elgy murmuró 'escuchó' para sí mismo y de repente frunció el ceño y miró hacia el suelo. Un silencio incómodo pasó. Permaneció así durante unos tres minutos antes de volver a hablar.

"He escuchado de Heinley algunas veces sobre usted, Su Majestad. ¿Heinley dijo algo sobre mí?"

'No a menudo, pero sí una vez. Y no fue halagador.'

"No mucho."

Le respondí honestamente, y él me miró fijamente mientras daba un par de pasos más cerca.

"¿Dijo algo extraño?"

"¿Extraño…?"

"Cualquier cosa desagradable."

De hecho, Heinley lo hizo, pero no podía responder eso. Sacudí la cabeza y dije que no, mientras el Duque Elgy suspiró y puso su mano sobre su frente.

"Así es él. Siempre dice cosas malas sobre mí a alguien que le gusta."

¿El Príncipe Heinley?

"Le ha estado diciendo a la gente que soy una muñeca maldita o una historia de fantasmas viviente..."

"!"

"Es una mentira, así que no es necesario que le prestes atención."

"... No sé por qué me estás diciendo esto, o cuáles son tus intenciones."

"Cuando te vi ayer, no pensé que Heinley socializaría con un tipo de persona como usted."

"¿Qué tipo de persona?"

"Del mismo tipo que Heinley y yo, una persona frívola."

Ayer solo había sonreído y asentido, apenas abrí la boca para saludar. Cuando la fiesta del té se interrumpió, me fui. Apenas me había visto y decidió qué tipo de persona era.

"Pero si hay una diferencia, es que Heinley es un hombre que quiere que alguien sea su opuesto completo, y en cuanto a mí, soy un hombre frívolo que quiere llevarse bien con personas frívolas."

"¿Eso significa que no soy apta para ser amiga del príncipe?"

"No, estoy aquí para darte un consejo."

¿Consejo?

"Heinley es un hombre de dos caras, Su Majestad. Él dice una cosa frente a ti y hace algo diferente por detrás. Él puede sonreír y lastimar a la gente."

"!"

"No confíes en los dulces que ofrece."

"¿No eres amigo íntimo del Príncipe Heinley?"

¿Por qué el príncipe Heinley y el Duque Elgy hablarían mal el uno del otro? Tan pronto como hablé, el Duque Elgy sonrió con indiferencia.

"Fue Heinley quien me llamó aquí en primer lugar. ¿No dijo eso?"

Sacudió la cabeza y continuó.

"Durante unos años Heinley ha estado preparando—"

Antes de que pudiera terminar de hablar, alguien golpeó la pared. Me di la vuelta y vi a Sovieshu mirándome a mí y al Duque Elgy.

"Otro extranjero, de nuevo."

El Duque Elgy se inclinó ante Sovieshu y se fue con una sonrisa inocente.