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domingo, 26 de abril de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 165

Capítulo 165. Pido Aprobación Para Volver A Casarme (2)



¿Soy la única que tenía una leve sonrisa en los labios cuando dije esas palabras?

Sovieshu me miró con una expresión medio aliviada y medio arrepentida. ¿Era una farsa, o era sincera?

Hasta ahora, había sido una buena compañera y una perfecta emperatriz. Nunca habíamos peleado — es decir, hasta que él la trajo. Me dejó a un lado por su amante, pero hasta el último momento querrá ser un buen hombre y un buen emperador.

Luego estaba mi familia y la gran iglesia que había aprobado nuestro matrimonio, quienes insistieron en que no renunciara a la posición de emperatriz. Ciertamente a él le disgustaría la idea de pasar por un tedioso juicio de divorcio contra ambos grupos.

Él era ese tipo de hombre, y ese tipo de emperador.

"¡Su Majestad! ¡Esto no puede ser!"

El Marqués Farang gritó e intentó correr hacia mí, pero fue detenido por los guardias del emperador y se le impidió dar un paso más...

Marqués Farang, Condesa Eliza y Sir Artina, mis defensores. Estoy agradecida con todos ustedes.

Los miré con gratitud y luego me giré hacia el Sumo Sacerdote.

"Emperatriz Navier. ¿Realmente está de acuerdo con este documento de divorcio sin ninguna objeción?"

El Sumo Sacerdote tenía una voz ligeramente enojada. Quería que peleara y desafiara la razón del divorcio.

Si bien las probabilidades de ganar el juicio eran nulas, causaría un escándalo para el Emperador y su concubina cuando la gente escuchara la noticia. Eso era lo que el Sumo Sacerdote, mi familia y mis amigos querían.

Sacudí la cabeza. Un juicio de divorcio puede dañar la reputación de Sovieshu, pero mi nombre también puede quedar manchado. No es que tuviera un problema moral, pero iba a volver a casarme con el Rey de otro país. Complicar la situación política solo lo haría más difícil.

"Acepto el divorcio."

El ministro cerró los ojos con gravedad mientras los murmullos comenzaron a surgir por la habitación.

"Y pido permiso para volver a casarme."

En el momento en que terminé de hablar, la atmósfera cambió por completo. El aire se calmó en un silencio impactante y los ojos del Sumo Sacerdote se abrieron de par en par. Todos se miraron unos a otros, sin estar seguros de lo que escucharon.

Sovieshu me miró confundido, frunciendo el ceño. El Sumo Sacerdote estaba aturdido.

"Emperatriz Navier... ¿se volverá a casar?"

En lugar de responder, estiré mi mano y señalé un lugar. Como si fuera una señal, un hombre que llevaba un velo bordado que oscurecía su rostro estalló en una agradable carcajada.

"¿Subo ahora?"

El silencio fue roto por el murmullo de la multitud nuevamente. El hombre caminó por la corte y se paró a mi lado. Cuando se quitó el velo, Sovieshu se levantó de un salto.

"¡Navier! Ese hombre–"

"Es con quien me voy a casar."


Los ojos del Sumo Sacerdote parecían huecos. Sonreí y me giré hacia el hombre a mi lado. Me miró como diciendo, "Esperabas esta reacción, ¿no?"

De alguna manera tuve un sentimiento agradable. Aunque no era venganza lo que deseaba.

En medio de todo esto, Heinley y yo éramos los únicos que nos veíamos felices. El murmullo de la multitud solo creció ante la aparición sorpresa del Rey de Occidente. La mandíbula de Sovieshu se abrió, y Rashta soltó un grito.

"¡No puede ser!"

Ella no parecía menos aturdida. Por alguna razón, estaba mirando entre Heinley y el Duque Elgy, pero no a Sovieshu. El Duque Elgy también actuaba sorprendido, aunque sabía que Heinley estaba aquí.

El Sumo Sacerdote se aclaró la garganta varias veces, aún luciendo asombrado. Después de un momento, volvió a hablarme.

"Emperatriz Navier, ¿es esto cierto? Príncipe— no, Rey Heinley, ¿lo dice en serio?"

Heinley respondió antes de que yo tuviera la oportunidad de hacerlo.

"Sí, deseo que Navier la Emp... Navier, sea mi reina."

Sovieshu se mofó.

"¿Qué estás haciendo en otro país?"

Heinley mantuvo su nivel de tono mientras se dirigía a Sovieshu.

"Proponiendo."

Era un claro intento de provocar a Sovieshu, y el Sumo Sacerdote frunció el ceño a Heinley en advertencia.

"Rey Heinley."

Heinley rápidamente se hizo ver puro y lamentable, y le suplicó al Sumo Sacerdote.

"Su Excelencia. Volveré de forma oficial luego, pero si pierdo esta oportunidad ahora, será demasiado tarde. Esto es repentino, lo sé, pero por favor considérelo y dé su aprobación."

Contuve la respiración mientras esperaba la decisión del Sumo Sacerdote. Esperaba que me concediera el permiso, pero la situación a mi alrededor se sentía muy frágil. Sovieshu intervino con una voz peligrosamente baja.

"Sumo Sacerdote. Es claramente ilegal que el Rey Heinley asista a esta corte sin permiso."

El Sumo Sacerdote me miró en silencio, y yo le devolví la mirada. Pareció preguntarme, ¿fue esta tu idea? No podía saber con seguridad si estaba diciendo eso, pero asentí.

En ese momento, mi corazón pareció detenerse. ¿El Sumo Sacerdote diría que no? La boca del anciano se abrió para hablar, y tragué secamente. Sentí a Heinley tocar mi palma, y agarré su mano como si me aferrara a mi querida vida. La mirada del Sumo Sacerdote cayó sobre nuestros dedos entrelazados, y entonces pareció que él había tomado una decisión.

"Apruebo el nuevo matrimonio de Navier con el Rey Heinley."

Su voz pareció atravesar mi pecho. Del mismo modo, Heinley exhaló como si hubiera estado conteniendo la respiración. A él también le preocupaba que el Sumo Sacerdote no nos diera su aprobación.

Heinley se giró para mirarme, y me dio una sonrisa tan brillante como la luz del sol. No dudó en mostrar sus sentimientos frente a todos. Incómodamente incliné mi boca hacia arriba, cuando vi a Sovieshu. Parecía como si lo hubieran golpeado en la nuca. Abrió la boca para decir algo, pero luego el Sumo Sacerdote levantó la mano para dirigirse a toda la sala.

"La corte de divorcio ha terminado."

Después de declarar terminada la reunión, nos miró a Heinley y a mí y nos dijo que nos acercáramos. Fueron solo unos pocos pasos, pero caminamos juntos. Esto fue como la primera vez que intercambié votos matrimoniales, con el Sumo Sacerdote allí, la plataforma... pero esta vez, el hombre a mi lado era otro. Me preguntaba si el Sumo Sacerdote estaba pensando lo mismo.

Nos dio una sonrisa triste y recitó una frase felicitándonos como una pareja de recién casados. Sin embargo, no fue con la misma alegría que la primera vez que me dijo esas palabras. Aunque permitió este matrimonio, parecía confundido y disgustado por el resultado inesperado.

"Su Excelencia. Gracias."

Heinley sonrió y se inclinó al recibir su bendición.

"Celebraré una ceremonia apropiada luego y lo invitaré."

"... Ya he dado mi aprobación, así que no hay necesidad. Estoy ocupado, así que no me llames una segunda vez."

El Sumo Sacerdote habló en un tono brusco, y luego se dirigió a mí con una expresión complicada.

"Emperatriz Navier. No, Reina Navier. Aprobé esta petición porque he creído en ti desde tu infancia. Este no será un camino fácil."

"Gracias, Sumo Sacerdote."

Volvió a mirar a Heinley y le ofreció sus últimas palabras de consejo.

"Organiza una gran boda e invita a muchas personas. Cuando te vayas, sal con orgullo."

"Gracias. Sin duda lo invitaré a la boda."

"Estoy ocupado."

El Sumo Sacerdote repitió su excusa, y luego miró hacia atrás. Sovieshu estaba parado allí, luciendo como un volcán listo para estallar en cualquier momento. Rashta seguía mirando entre el Duque Elgy y Heinley, su sonrisa habitual se borró por completo de su rostro. La cara y los puños de Sovieshu estaban rojos de ira. Nuestros ojos se encontraron.

"..."

"..."

Nos miramos el uno al otro sin decir una palabra. No se me ocurrió nada que decir. Había demasiado ruido aquí. Aunque estaba en el centro del incidente, me sentía tan tranquila como si estuviera en el ojo de un huracán.

Mientras tanto, los oscuros ojos de carbón de Sovieshu brillaban con furia. Tan pronto como el Sumo Sacerdote se limpió el sudor de la frente y se hizo a un lado, Sovieshu se acercó a mí lentamente.