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domingo, 12 de abril de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 101

Capítulo 101. Sólo Yo Puedo Protegerme (2)



"¿Se me prohíbe entrar al palacio?"

Estaba junto a mi hermano cuando el mensajero del Emperador vino a darle la noticia. El mensajero se echó hacia atrás cuando Koshar le gritó furiosamente.

"Así es. Y si empuja o amenaza a la Señorita Rashta de nuevo, será castigado por amenazar a la Familia Imperial."

"¿¡Quién empujó a quién!?"

Koshar rugió, desgarrando un cojín con sus manos, y el mensajero se escabulló afuera.

"¡Puedes creerlo!"

Koshar no se calmó incluso después de que el mensajero se escapó de la sala.

"¿¡Yo la empujé!? ¿Siquiera estaría sana si yo lo hubiese hecho?"

"Hermano."

"Navier. ¿Ella tiene algún problema en su lengua, o tu esposo en sus oídos?"

"Hermano."

Mis intentos de calmarlo pasaron desapercibidos. Me acerqué a Koshar y lo golpeé en la espalda. Sostenía el cojín destrozado cerca de su pecho y rechinaba los dientes, pero después de un momento se calmó y se disculpó.

"...lo siento por el cojín."

"Está bien. ¿Y tú? ¿Ahora te sientes mejor?"

"Si no hubieras estado aquí, podría haber golpeado al sirviente que trajo el mensaje."

"Calma tu temperamento."

"¡Pero—!"

"Terminarás arrepintiéndote."

Estaba completamente abatida por esta noticia, pero estaba seguro de que mi hermano, quien causó esto, se sentía mucho peor. En esta situación donde las personas que estaban de "nuestro" lado eran muchas, y Rashta estaba sola, mi temperamental hermano podía ser considerado una amenaza por el solo hecho de aproximarse a Rashta. Si ella hubiera hecho que lo sucedido pareciera culpa de mi hermano, eso habría sido mucho más comprensible.

Sin embargo, aseguró que se cayó porque mi hermano la había empujado. ¿No era eso una completa mentira? Sovieshu incluso le creyó y le puso una orden de restricción a mi hermano. Había pasado algo similar cuando el Príncipe Heinley comenzó a preguntar por las cartas. Rashta era una mujer engañosa.

"Tendrás que ser más cuidadoso por el momento, hermano."

"¿Cuidadoso acerca de esa maldita mujer?"

"¿No escuchaste acerca de cómo se divorció la Duquesa Tuania?"

"Algo."

"Rashta tuvo un papel en aquel divorcio. Suscitó viejos rumores acerca de la Duquesa Tuania y los manipuló para que se vieran mucho peores."

"¡!"

"No es una simple concubina. Es inteligente."

Sovieshu creía inequívocamente en las palabras de Rashta, ella tenía la capacidad de manipular la opinión pública y ganarse el favor de la gente. En medio de eso, también llevaba en su vientre al primer hijo del Emperador. Lo mejor era no tener un choque con ella.

Mi hermano me miró a la cara, y no pudo contener los insultos en su boca.

"¡Mierda! ¡Maldita cosa podrida!"

***

Esa noche, Koshar se reunió con su amigo el Marqués Farang para beber.

"Oye, bebe despacio."

El Marqués lo observaba preocupado mientras Koshar bebía como un pez, pero las preocupaciones del marqués fueron rechazadas.

"Quiero estar ebrio. Déjame en paz."

"Estoy preocupado de que te emborraches y cruces la muralla del palacio."

"Puedes detenerme, ¿cierto?"

"¿Lo dices en serio? No puedo detenerte ni siquiera cuando estás sobrio, ¿qué te hace pensar que podré hacerlo cuando estés ebrio?"

Koshar resopló y vertió otra bebida fuerte en su vaso.

"Mi madre y mi padre me regañaron tan pronto llegué a casa. Sería malo para Navier si hiciese cualquier cosa, así que por su bien debo mantener un perfil bajo."

"...Koshar."

"Dije un perfil bajo. Así es como debe ser después de todo."

Koshar vertió más licor en su boca y golpeó el vaso contra la mesa.

"¡Estoy muy enojado, no hice nada para merecer este castigo!"

"Bueno, esta vez fue inmerecido."

"¡Yo no empujé a esa perra!"

"Lo sé. Deberías evitarla."

El Marqués Farang no mencionó el hecho de que las personas ordinarias se tropezaban hacia atrás por miedo a Koshar. Lo que su amigo necesitaba ahora mismo era una voz de consuelo, no de crítica. No obstante, las palabras del Marqués Farang fallaron en aliviar a Koshar.

"Si esa mujer tiene un bebé, algún día devorará a Navier. Hay que atacar primero."

Koshar bebió, y se atragantó con el licor. Tosió secamente para aclararse la garganta.

"¿Vas a atacarla? ¿A la concubina del Emperador?"

"Sí."

"¿Cómo?"

"Encontraré su debilidad."

"¿En serio? Ni siquiera puedes entrar al Palacio Imperial."

"No puedo entrar, pero mi poder y mi dinero pueden."

"Bueno... Eso es cierto."

"Tú puedes entrar."

"¿Qué? ¿Me estás arrastrando a esto?"

El Marqués Farang se veía como si hubiese tragado algo agrio.

"Bueno. Está bien. Te seguiré. Entonces, ¿qué vas a hacer para desenterrar su debilidad?"

"Depende de cuál sea la debilidad."

"Cuando estabas conversando con la Emperatriz antes, hice algunas preguntas por ahí. Había un rumor acerca de que la mujer era una esclava."

"¿Esclava?"

"En las celebraciones de Año Nuevo, alguien llamado Vizconde Roteschu aseguró que Rashta era una esclava fugitiva suya."

"¿De verdad?"

"Pero rectificó sus palabras y dijo que se había equivocado de persona."

"¿Podemos usar eso?"

"Va a ser difícil que el Vizconde Roteschu cambie sus palabras de nuevo. El emperador hizo mucho con tal de enterrar ese rumor."

Koshar respondió en un susurro.

"Decidiremos como vamos a aprovechar esa debilidad más tarde."

Tomó una pequeña bolsa de su bolsillo y se la entregó al Marqués Farang.

"Compremos algunas personas para que resuelvan esto."

El Marqués Farang dio un vistazo adentro de la bolsa y vio brillantes joyas, obtenidas de los bandidos que habían expulsado de Parme.

"Las joyas fueron coleccionadas por los bandidos, por lo que será difícil localizar al dueño aunque sean descubiertos."

"De acuerdo."

El marqués asintió y guardó las joyas en su bolsillo. Koshar golpeó ligeramente la mesa con un dedo.

"Hay una cosa más."

"¿Qué es?"

"Necesito una droga efectiva para inducir el aborto. Algo que dañe a la madre lo menos posible."

Los ojos del Marqués Farang se agrandaron. Si iban a obtener una droga abortiva...

"¿Hablas en serio?"

Una sonrisa peligrosa se extendió por los labios de Koshar.