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martes, 24 de marzo de 2020

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 16

Capítulo 16. ¿Quieres Hacer Una Apuesta? (1)



¿Ya estaba aquí? Los invitados comenzaron a entrar en el palacio hoy. Mentalmente pasé a través de todos los que llegaron.

"..."

Era difícil señalar a una persona por la abundancia de invitados. Estaban el Gran Duque Chrome y su esposa, el Gran Duque Lilteang, el Canciller y su familia del Reino del Norte, los hijos de la Duquesa Cranthia de Samoneau, el Príncipe Heinley del Reino Occidental, el Emperador Sirim de Bohean Azul...

El problema era que no venían de a dos o de a tres. Sólo por parte del Gran Duque y su esposa, estaban los caballeros, los sirvientes y los acompañantes, y luego se multiplicaba ese número varias veces para así tener en cuenta a los otros invitados. No sabía si la carta venía de un hombre o una mujer, si era joven o viejo, o qué estatus tenía. Era casi imposible determinar quién era el dueño de Reina.

- No sé quién eres.

Lo consideré un poco más y luego agregué,

- ¿Sabes quién soy?

Estaba segura de que no lo sabía. Yo era una de las innumerables personas que viven en el palacio. Tan pronto como terminé de escribir la carta, Reina saltó a mi lado.

"Este pájaro es bastante inteligente, Su Majestad."

"Incluso mientras limpia sus plumas, parece estar intentando hacer contacto visual con usted, Su Majestad."

Las damas de compañía estallaron en risa cuando Reina se acercó a mí.

"¿En serio?"

Le acaricié la cabeza y él hizo un sonido de satisfacción mientras entrecerraba los ojos. Enrollé la nota y la até a su pata. Agitó sus alas y aterrizó en la cama en una pequeña danza antes de saltar por la ventana.

"Qué pájaro tan inteligente..."

El dueño mismo tendría que ser bastante inteligente para criar un pájaro así. ¿Qué tipo de persona era? ¿Una joven de mi edad como Laura? ¿Una anciana elegante o un caballero? ¿Un noble pródigo? ¿Un caballero que no sabe nada más que sobre la espada...?

"¿Te gustan los pájaros, Su Majestad?"

La condesa Eliza vino a mi lado mientras miraba en silencio por la ventana.

"Sí. Creo que son encantadores"

El pájaro era realmente increíble, la persona que era dueña del pájaro también tenía que serlo. La condesa Eliza sonrió y habló en un tono medio alentador.

"Entonces, ¿por qué no crías uno o dos pájaros de esa especie, o cualquier otra especie?"

"Oh sí. Sería increíble tener un pollito desde el nacimiento."

"¡Vamos a buscarlos!"

Fue tentador, pero lo pensé por un momento y sacudí la cabeza.

"No. Ver uno es diferente de criarlo."

Reina era excepcionalmente inteligente debido a la formación de su maestro. No estaba claro si me gustaban los pájaros, o solo Reina. Si tuviera un animal, me aseguraría de comprometerme antes de criarlo.

"No he visto a la vizcondesa Verdi desde ayer..."

"Ella tuvo que volver corriendo a su propiedad."

"... ¿Problemas de nuevo?"

Las damas de compañía se miraron entre sí. A diferencia del resto de ellas, la vizcondesa Verdi no tenía mansión en la capital, y con frecuencia regresaba a su propiedad debido a asuntos familiares. El problema era que la mayoría de los ‘asuntos familiares’ eran a menudo noticias desagradables.

"Escuché que su hijo estaba apostando en el extranjero."

"Y el vizconde estaba con una mujer casada, y el marido de la mujer lo demandó."

Muchos aristócratas eran así. El hijo de la vizcondesa Verdi tenía un problema de juego y el marido tenía un problema con las mujeres.

"Sí…"

La vizcondesa Verdi ciertamente estaba agobiada por las dificultades. Estaba preocupada, pero no podía interferir sin que ella me preguntara. Mi consideración tocaría su orgullo. E incluso si ella pidiera ayuda, no es algo que pueda resolver...

'Todo el mundo tiene problemas.'

Suspiré y extendí la mano para cerrar la ventana abierta.

***

Al día siguiente, más invitados llegaron al palacio, comenzando con la llegada de la princesa del Reino del Sur a primera hora de la mañana. El tiempo pasó rápidamente mientras intercambiaba saludos con ella. Tal vez fue por la lluvia, pero hoy se sentía particularmente agitado.

No fue hasta que me retiré a mi habitación por la noche cuando encontré a Reina sentada en el marco de la ventana, suspirando lastimosamente mientras me esperaba. Abrí la ventana, y se deslizó en la habitación, empapado y estremeciéndose.

"Dios mío. ¿Tu amo te envió con esa lluvia?"

– !

"Estás temblando. Estoy segura de que tienes un mensaje."

– …

Con la lengua en la mejilla en concentración, envolví una toalla suave alrededor de su cuerpo y le sequé suavemente las plumas. Reina dudó por un momento, pero pronto comenzó a dormitar en mis manos. Lo froté con la toalla hasta que estuvo completamente seco, y cuidadosamente saqué la nota de su pierna. La escritura estaba manchada por la lluvia, pero esto era lo que decía:

– Entonces, ¿quieres hacer una apuesta? Quien encuentre al otro gana.

¿Qué fue lo que escribí antes?

... Ah, le pregunté al remitente quién era. Quería hacer una apuesta. Fui al escritorio y escribí una respuesta.

– ¿Qué apostarías?

Cuando terminé, miré a Reina y volví a ver por la ventana. La lluvia seguía azotando fuertemente contra el vidrio, y había estado sucediendo durante horas. Si lo enviara ahora, ¿no se resfriaría? Reina me miraba fijamente en lugar de jugar con la toalla. Dejé mi pluma, él inclinó la cabeza y voló hacia el escritorio. Pareció escanear el contenido de la nota y luego extendió la pata, como si quisiera que atara la nota.

"No."

"?!"

"Está lloviendo ahora. Si te envío ahora, te resfriarás."

El pájaro vaciló como si realmente me entendiera, lo atraje a mis brazos y le di una palmadita en la cabeza.

"Puedes dormir conmigo hoy. Puedes irte cuando la lluvia se detenga."

Ahora que lo pienso... era un pájaro macho. ¿Un pájaro consideraba el género de un humano? ¿Por qué se congeló de repente?

***

Me bañé y luego me puse una bata. Cuando regresé a mi habitación encontré a Reina acostado en mi cama. Iba a separarle un cojín para que durmiera a mi lado, pero estaba tendido de espaldas.

"..."

¿Podría un pájaro dormir sobre su espalda así? Que lindo.

Cuando me acerqué, me maravillé aún más cuando vi que respiraba con el pico ligeramente separado. No se despertó incluso después de que lo tocara ligeramente, así que me recosté en la cama junto a él. Me quedé quieta, sintiendo un calor en mis hombros. Tal vez porque la temperatura del cuerpo de Reina era alta a pesar de que estaba un poco lejos.

Mientras lo miraba con asombro, Reina abrió los ojos. Cuando vi el púrpura de sus iris, de alguna manera me acordé del Príncipe Heinley.



Ahora que lo pienso, el Príncipe también tenía ojos de águila. Extendí la mano y acaricié la mejilla del pájaro, y sus ojos brillantes pronto se volvieron a cerrar.

"Eres tan bonito, Reina."

Hablé en un suave susurro, y el pájaro estiró su cuerpo desde la punta de las alas hasta las patas, y luego cubrió mi brazo con su ala.

"Buenas noches, Reina."